Ya comenté en alguna otra ocasión( que no soy amigo de días de, menos aún de los días sin pero hoy, viernes 26 de octubre no es un día de cualquiera pues es el día nacional del daño cerebral adquirido con el que me siento plenamente identificado por el tipo de lesión cerebral que sufrí. Nótese que digo día nacional y no día nazi-onal que supondría de Catalunya, luego me estoy refiriendo a nacional de España como RNE
es por eso que en T.R.A.C.E. se han realizado actividades especiales relacionadas con ese día.
Yo no he tomado parte en tales actividades, pues no me pareció motivo de orgullo tener el cerebro tocado.
En su lugar, he preferido ir a piscina a hacer ejercicios de rehabilitación pues dentro del agua es el único sitio donde camino sin ningún tipo de ayuda. Más bien al contrario, pues Jacobo ( mi hidroterapeuta) me hace caminar con aletas, cosa que me exige mucho mayor esfuerzo en las piernas para vencer la resistencia del agua. No cesan de celebrarme mis progresos los abuelitos que acuden al gimnasio para tratar de envejecer más lentamente.
Poco podemos hacer los descerebrados con nuestras limitaciones físicas.
Pero lo que sí podemos aportar a la sociedad es una visión positiva y esperanzadora de lo que nos ha sucedido .
Por lo que he sabido a posteriori, tuve muchos números de quedarme como una plantita o de no salir.
No pretendo - ni estoy en condiciones de - dar lecciones a nadie de esfuerzo y trabajo aunque supongo que alguna cosa he hecho bien visto cómo estaba y cómo estoy.
Permítaseme pues responder a una serie de cuestiones referidas a mi actual situación que nos ha planteado Sara(nuestra blogoterapeuta) a todos los blogueros de T.R.A.C.E. a fin de que redactemos una entrada referida al evento
Son preguntas formuladas desde T.R.A.C.E. a mí y al resto de mis compañeros alguno de los cuales están mucho peor que yo.
Tal y como explico en la entrada correspondiente, lo mío fue un accidente vascular-cerebral (AVC)
Ahí explico también cómo la atención inicial fue inmediata, aunque luego se produjeron una serie de complicaciones por mi larga estancia en la UCI, donde pillé todas las infecciones imaginables.
Al leer mi historial médico la expresión que aparece con más frecuencia es "estafilococo multirresistente".
No conservo ningún recuerdo de esa época.
Mi primer recuerdo es el de una pizarrita que me trajeron para escribir aunque no puedo precisar cuándo fue.
¿Cómo te ves ahora? ¿Qué crees que has mejorado?
Gracias a la encantadora familia con la que cuento, me veo con ganas de comerme el mundo.
Recuerdo que al principio estaba completamente inmovilizado y no podía ni rascarme la nariz.
Era absolutamente dependiente para todo.
Recuerdo haber pensado que si usara lentillas o si fuera fumador, lo pasaría muy mal porque llevarme las manos a la cara era una acción imposible.
Lo mejor de mi recuperación ha sido que hace unos días, mi hija Carolina me dijo:"Papá, tú ya estás bien"
¿Qué significa para ti estar en T.R.A.C.E.?
Yo nunca he sido una persona de mucha vida social. Mis relaciones humanas eran exclusivamente las familiares y las laborales.
Aquí me han enseñado a hacer el blog y me han animado a mejorar. Cada vez que conozco un nuevo afectado por ictus - cosa cada vez más frecuente- le recomiendo venir a T.R.A.C.E..
Además, he tenido la oportunidad de conocer compañeros que han tenido mucha peor suerte que yo que me hacen pensar lo que pudo haber sido y no fue... afortunadamente.
Es la primera vez en mi vida que pertenezco a una asociación, del tipo que sea.
Objetivos nuevos a alcanzar:
Recuerdo que una de las cosas que le dije a mi hermana Clara fue:" no quiero ser una carga para mis hijos", a lo que ella me replicó: "Tú no te vas a quedar en una silla de ruedas" y ese artilugio estoy comenzando a olvidarlo
Tal y como explico en esta entrada mis ambiciones actuales van por la vía de la creación de conocimiento, aunque, lógicamente, lo prioritario es ver crecer a los comestibles y ayudarles a sentir la proximidad de un padre, tan necesario a estas edades.
Además, cada vez camino mejor y más suelto por lo que no veo lejano el día que pueda llegar a caminar sin ningún tipo de asistencia. Correr o mover el brazo izquierdo ya son cosas de ciencia ficción.
Las lesiones cerebrales dejan secuelas físicas y/o psíquicas importantes que incapacitan a quien las sufre.
Aunque estoy retirado por invalidez,en cualquier caso, antes de acabar este año, cumplo los 50 de modo que , por lo que me queda, tampoco debo esperar hacer grandes cosas.