lunes, 29 de diciembre de 2014

Fe y deporte pueden ser peligrosos para la salud

Como cada 29 de diciembre, hoy celebro mi cumpleaños.
Desde hace algunos años, acostumbraba a invitar a amigos y familiares a casa para celebrarlo juntos.
Sin embargo, hoy no va a poder ser.
Ayer salí con Santi a Misa y pasé más frío de lo conveniente.
Así que  hoy he permanecido todo el día en cama pasando el trancazo.
Menchu ha aprovechado para ir a Cambrils a llevar al último de los bebés de Peny que, como es la única hembra, será para los propietarios del papá.
Dentro de unos meses resolveremos la duda de si los perros pueden aparearse con éxito con sus propios vástagos.
En el caso de los gatos me consta que no hay problema.
En el caso de los humanos, es sabido que la consanguinidad lleva a malformaciones congénitas casi siempre insalvables.
Volviendo a lo que el título dice, Es conocido desde los principios de la Historia  que algunos creyentes no aceptan las creencias de otras personas, motivo por el que se han cometido todo tipo de atrocidades.
Respecto al deporte sólo quisiera puntualizar la gran cantidad de compañeros de terapia que han llegado allí como consecuencia de una lesión en la práctica deportiva.
 Volviendo a mi trancazo,, ayer propuse a Santi de ir a Misa.
Como era de esperar, me respondió que no le apetecía.
A mí de pequeño me enseñaron que había que ir pues si no, era pecado.
Tal argumento no me pareció adecuado y preferí aclararlo en positivo.Argumenté lo importante de agradecer a Dios las buenas cosas que vamos teniendo. Entre otras cosas le hice pensar en la diferencia de cómo estaba yo al salir de la Guttmann y cómo estoy ahora.
Cierto que tales mejoras han sido fruto del trabajo de muchas personas(terapeutas, familia, amigos), pero incluso esas saportaciones han sido fruto de una serie de bienes materiales que no nos han faltado.
Disponer de un asistente personal para las actividades de la vida diaria ha descargado a Menchu de la titánica labor de ocuparse de un hijo tonto.
también ellos (los comestibles) han salido beneficiados al poder disponer del tiempo de su madre.
Volviendo al deporte, ya comenté hace tiempo el caso de un compañero de la Guttmann (Jakob) que había sufrido fractura de cervicales practicando descenso en bicicleta todo terreno (BTT).
También coincidí con dos casos de accidentes de esquí (Baruc B. y Pere E)
Otro ejemplo era una chica cuyo nombre no recuerdo que también se fracturó cervicales practicando danza deportiva: Al parecer, su pareja de baile flqueó en un momento en que la tenía elevada por encima de la cabeza.
Uno a uno, hemos ido despachando a los bebés de Peny con sus nuevos amos

martes, 23 de diciembre de 2014

En el país de los ciegos



Nunca fui particularmente bueno en ninguno de los deportes que practiqué.

Rectifico:

Siempre fui un completo y absoluto desastre en todos y cada uno los deportes en los que osé cruzar unos guantes.
Una de las advertencias que me hicieron mis fisioterapeutas desde el principio de mi rehabilitación fue que, aunque sí iba a mejorar, nunca iba a ser más ágil de lo que era antes del accidente.
Sin embargo, una de las actividades que me propusieron en la uen fue la práctica de deporte adaptado.
En concreto boccia.
Se caracteriza este deporte por no requerir de habilidades especiales, ni fuerza ni destreza.
Es muy similar a la petanca de modo que el lector puede hacerse una idea de cómo es.
Somos pocos los pacientes de la uen que participamos en esta actividad y yo soy de los pocos que puedo permanecer en pie.
Quienes sufren tetraplejia se ven obligados a usar una rampa (canaleta) por la que dejan caer la bola que sostienen con el mentón con el que también orientan la rampa.
Comparándome con tales estrellas, la monitora de boccia (Pau) apreció en mí una capacidad para destacar en este deporte.
Dado que el club del  que ella es entrenadora   está compuesto básicamente por chicos afectados de parálisis cerebral, me propuso asistir a una sesión de valoración en el Centro de Alto Rendimiento deportivo (CAR) para que unos jueces me valoraran la posibilidad de participar en este deporte en competiciones paralímpicas.
Y así fue.
El pasado sábado 8 de noviembre – víspera de la costellada nazi-onal- fui al Centro de alto Rendimiento deportivo en Sant Cugat(CAR) para que me evaluasen como potencial deportista paralímpico.
Allí sucedió lo contrario de lo ocurrido en la uen: No me comparaban con tetrapléjicos y  abuelitas sino con  chicos afectados de parálisis cerebral. Es decir, en mucho peor estado.
Por si acaso había preguntado a Pau el nivel de comedia que tenía que interpretar y me había dicho que tenía que ser sincero y no hacer teatro.
Así las cosas, los jueces dijeron tajantemente:” Para boccia está claro que no”.
Mi gozo en un pozo: Por una vez que en la vida se me da bien algo no intelectual, resulta que no era así. Simplemente, estaba jugando con ventaja.
Los jueces, no obstante, dijeron que sí podía participar en otros deportes.
Es decir, sí estoy lo suficientemente fastidiado para ser paralímpico pero no para deportes tan sencillos como boccia.
Ni siquiera mi osificación periarticular que me impide estirar completamente el brazo derecho sirvió de argumento para que los jueces me aceptaran como competidor.

Aunque me han propuesto otras alternativas, como natación o atletismo, no me veo destacando en ninguna de ellas porque siempre fui malo en ambas.

sábado, 20 de diciembre de 2014

Blogueo, luego existo

Por si alguien aún no lo sabe (cosa que dudo), el término blog es el neologismo equivalente a los antiguos cuadernos de bitácora que los capitanes de barco llevaban a bordo y escribían a modo de diario. Es una contracción de los términos ingleses: Book (libro) y log (registro): Búklog =blog. Al estilo inglés en que convierten cualquier sustantivo en un verbo, “to blog”, también en español lo podemos verbalizar convirtiéndolo en verbo de la primera conjugación: bloguear. Al término log me acostumbré en mi época de Ingeniería de Sistemas pues un log era lo que debías generar para entender un posible problema que estuviera sucediendo. Una de las reflexiones que recuerdo más me llamó la atención en el bachillerato cuando comencé a estudiar filosofía fue el planteamiento que liga la existencia al conocimiento. Es decir: Nada existe si no es conocido por alguien. Acaso lo lleve escrito en mis genes de forma equivocada pero para mí la existencia de las cosas es absoluta y no necesita ser conocida para tener lugar. Esta forma de pensar me llevó muchos años más tarde a comentarlo con mi profesor de Física Cuántica el día que nos explicó el Principio de Incertidumbre de Heisemberg. Una vez nos contó la imposibilidad de conocer simultáneamente la posición y velocidad del electrón, levanté la mano y pregunté: Pero aunque nosotros no lo conozcamos, el electrón estará en algún sitio y tendrá alguna velocidad. Sin dudarlo, el profesor me respondió tajantemente: “Eso será si cree usted en Dios. Como este profesor (Dr. Garrido) tenía fama de haber protagonizado algunas salidas de tono y toda la clase estalló en carcajadas, supuse en ese momento que se trataba de otra de sus anécdotas. Tardé muchos años en darme cuenta que su respuesta era realmente la correcta y el equivocado era yo. De mayor he escuchado razonamientos de lo más variado respecto a lo que significa ser o existir:
 -Eres lo que comes. Desde un punto de vista bioquímico es exacto.
 - Eres lo que pareces. Esta me parece una burrada aunque muy apropiada para la sociedad de las apariencias en que vivimos.
 - Ser es ser visto. Le pasa lo que a la anterior.
 - Eres lo que haces. Esta es con la que más me identifico. En el fondo es una actualización de la conocida enseñanza de un joven rabino de oficio carpintero que vivió en la provincia de Galilea del Imperio Romano a principios de nuestra era: “Por sus obras los conoceréis”. . Quienes, por la razón que sea, tenemos tan limitada la movilidad que nos obliga a estar en casa de forma casi permanente y, además, casi todas nuestras salidas físicas están relacionadas con nuestro proceso de rehabilitación,
encontramos en Internet nuestra única ventana al mundo. Si yo gozara de toda la sabiduría que me gustaría tener, podría escribir joyas literarias que expondría de forma inmediata al mundo a través de las herramientas telemáticas que tenemos a nuestro alcance.
- Diríamos en este caso: eres lo que blogueas.

 Pero como no es así, me veo en la necesidad de copiar y pegar a León Felipe:

 ¡Qué lástima que no pudiendo cantar otras hazañas,

 porque no tengo una patria, ni una tierra provinciana, ni una casa solariega y blasonada

, ni el retrato de un mi abuelo que ganara una batalla

 ni un sillón de viejo cuero, ni una mesa, ni una espada

, y soy un paria que apenas tiene una capa... venga, forzado,
a cantar cosas de poca importancia! 

Es en este libro donde Descartes escribió su famoso "Cogito ergo sum"


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