viernes, 29 de diciembre de 2023

Un vuelo de KLM

A medida que transcurren los años, voy relatando en este blog, no sólo mi proceso de recuperación - que también- sino que voy incluyendo anécdotas de mi vida y las de mis seres queridos, tan importantes como yo mismo en este proceso de neurorrehabilitación. Es por eso que el título de esta entrada debería ser el de mis memorias, que voy escribiendo lentamente, aunque sin publicarlas. De hech, tengo un montón de fragmentos escritos pero necesitaré concentrarme un día para redactarlos en un orden con sentido. El posicionamiento temporal de los hechos relatados me lo dan eventos concretos como viajes o situaciones traumáticas de cuya fecha concreta sí tengo constancia. Una pregunta que se nos repite a muchos,si no todos, es la de cuál es el `primer recuerdo dee nuestra vida y precisamente, en mi caso, es el de un vuelo de KLM. Y puesto que hoy es mi cumpleaños, me parece un buen momento para recordarlo. Obviamente, este dato exacto no lo recuerdo sino que me lo han contado después pero la anécdota en sí, sí que la recuerdo. Se trata de un muñequito de goma que me regaló una azafata del avión. Debía correr el año 1963 (finales). Yo había nacido a finales de 1962 en Cartagena de Indias (Colombia) y, por lo que fuera, durante 1963 a mi padre le tocó que nos fuéramos a vivir a Barranquilla y allí pasamos aquel año . Sin embargo, antes de acabar ese año, tocó otro desplazamiento, esta vez a Caracas (Venezuela). Hoy en día nadie viaja de Bartranquilla a Caracas porque todo el mundo huye de la capital venezolana, pero entonces, venezuela era el país más puntero de Latinoamérica por lo que era frecuente que muchos técnicos de alto nivel se fueran allí. Conozco muchos españoles que se fueron para allí en esa época, pero actualmente el país está mucho peor que en 1960. Era el tiempo de la bonanza económica y el boom petrolero que los políticos venezolanos aprovecharon para su enriquecimiento personal hasta el extremo que el pueblo venezolano acabó echándose en brazos del populista Chávez Frías, quien acbó de destruirlo todo, relegando a Venezuela a la categoría de Tercer Mundo( y porque no hay cuarto). Como eso del ferrocarril prácticamente no existía en Sudamérica, el viaje de Barranquilla a Caracas debía realizarse en avión pero no había ningún vuelo directo Barranquilla -Caracas, así que tuvimos que volar de Bartranquilla a Aruba y de allí a Caracas. Formando Aruba parte de las Antillas holandesas, la compañía que operaba era la holandesa KLM. Sé que el vuelo Aruba- Caracas lo efectuamos en un avión Superconstellation de Pan Am. El de KLM nunca supe cuál fue. Sólo sé que durante años en casa se hablaba de que habíamos viajado en un avión Caeleme en lugar de (KLM) como si eso existiera. No volví a viajar en KLM hasta julio de 1991 cuando fui con Menchu a Amsterdam para embarcarnos en un crucero a los fiordos noruegos y las islas Spitzbergen. De hecho no volví a viajar en avión hasta agosto de 1986, en que fui a Atenas con mi hermano Ignacio y fue en un vuelo charter de la compañía Aviaco. Obviamente, el recuerdo de un niño de apenas un año y después de transcurrido medio siglo, no tiene la nitidez de algo sucedido hace unas horas y más bien ha sido el refresco permanente de dicho recuerdo lo que ha permanecido en mí. Lo que sí recuerdo es que, cuando me regalaron el muñeco de goma, tuve la sensación de despertar de un largo sueño. Tal vez fue aquel momento el primero de mi vida en el que tuve consciencia de mí mismo. El hecho de no volar ni una sola vez entre 1965 y 1986 creó en mí el deseo de viajar en avión a toda costa. Por ese motivo, mientras trabajé en Bull ( de 1986 a 2001 incluyendo embarque y desembarque) utilicé el avión tantas veces como me fue posible, llegando incluso a volar a Zaragoza desde Barcelona en varias ocasiones (20 minutos de vuelo), algo que ya entonces podía hacerse en coche en un par de horas y ahora con el AVE en apenas 20 minutos. En mis frecuentes viajes a Madrid ( casi cada semana), llegué a coger la rutina de levantarme a las 7h30, ducharme, vestirme, ir en taxi al aeropuerto, tomar el metro en Barajas y entrar por la puerta de la oficina a las 8h.
En julio de 1991 viajé a Amsterdamm otra vez en KLM. Esta vez con Menchu (hela aquí frente a uno de los canales de la ciudad
Heme aquí hoy, 29 de diciembre de 2023 soplando las velas de mi 61 cumpleaños

Comentarios y entradas