La edad de Cristo

como cada 13 de octubre, hoy toca recordar en este blog la unión entre Menchu y yo ¿Que cuántos años? Pues los que dice el título de esta entrada. Suele denominarse como edad de Cristo los 33 años, ya que esa es la edad, se cree tenía el Rabino catalán (nova historia dixit) Jesús de Nazaret cuando padeció bajo el poder del procurador hispano Poncio Pilatos y fue crucificado, muerto y sepultado. Si bien resucitó al tercer día como ya lo habían anunciado las Escrituras sólo permaneció unos meses más entre los vivos hasta subir definitivamente a los cielos y sentarse a la derecha de Dios Padre por lo que aún debía tener 33 cuando ascendió. Si bien vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos y su Reino no tendrá fin, hasta entonces tomaremos 33 años como la edad de Cristo. Menchu y yo nos casamos un cada vez más lejano sábado 13 de octubre de 1990 en uno de los días más lluviosos de los que se recuerdan por estas latitudes. Como además la ceremonia tuvo lugar en la Ermita de Sant Bernat del Montseny, a cerca de 1500 metros de altura, la sensación de tiempo desapacible fue mucho más fuerte. Pero eso no parece grave. He conocido parejas que se han casado en el mismo lugar en primavera y les ha caído una nevada. Al lector que habite en tierras cálidas esto debe sonarle hasta divertido pero aseguro que entrar y salir de la Iglesia bajo un chaparrón no lo es para nada , tampoco para los invitados, menos para la novia que va intentando evitar que no se moje su vestido hasta los pies. Recuerdo que todos los invitados aseguraban haber comido como nunca y que ya sólo el aperitivo era extraordinario, si bien yo no lo llegué a probar. El vino tinto era Marqués de Riscal reserva 1985 (estábamos en 1990). Cuando he querido comprar este mismo vino en la actualidad, el precio ya es de gran reserva. Por causa de la tormenta, yo llegué con dos horas de retraso, así que esta vez fue la novia la que tuvo que esperar al novio. Pasamos la noche de bodas en el mismo hotel Sant Bernat y muy prontito nos vinieron a buscar para llevarnos al aeropuerto, donde embarcamos rumbo a Madrid y de allí a Bangkok. 26 días más tarde - el 6 de noviembre- regresamos a Barcelona, esta vez procedentes de Roma que era donde el avión hacía escala y así nos ahorrábamos la conexión en Madrid. Cuando llegué a casa de mi madre, me sorprendió que estuviera esperándome en el rellano y me explicó que había sido el gato quien la había alertado, el cual , tras tres semanas sin verme, al detectar mi proximidad corrió hacia la puerta a recibirme.Tal y como explico en la página correspondiente de mi antiguo blog. la Luna de Miel duró en realidad diez años que fueron los que tardamos en tener a Carolina. He aquí la foto oficial de nuestra boda. Nótese lo mojado de los bajos del del vestido de Menchu

Serendipias

He comentado en multitud de ocasiones cómo el hecho de estudiar/repasar con los nenes sus lecciones de secundaria me ha llevado a recuperar conocimientos que un día tuve pero el paso del tiempo los ha ido borrando de mi cerebro. Hablé hace tiempo del ascenso del nazional sdocialismo en la Alemania de 1930 tan parecido a la actual revolución del 3% en Cataluña conocida comunmente como prusés separatista nazi-onal supremacista. También hablé en su día de formas gramaticales como el pleonasmo, tan frecuente en la Literatura de Homero. Otra de las ideas que me han recordado los nenes son las serendipias que de acuerdo con la RAE es un hallazgo valioso que se encuentra de forma casual. Por ejemplo, fue serendipia el descubrimiento de la penicilina. Yo mismo encontré una serendipia en mi tesis doctoral. Obsesionado por la desviación del vértex me topé con una forma -hasta ese momento inédita- de seleccionar una muestra de estrellas. Con la ayuda de mis codirectores de tesis, acabé observando que el criterio de selección no era otra cosa que la máxima entropía de la probabilidad de mezcla. De momento, los mundos de la Dinámica de sistemas estelares y el de la Estadística siguen siendo los mismos pero tal vez algún día alguien se encuentre con mi trabajo y decida llevarlo más allá. De momento, nosotros ya hemos decidido crear un acrónimo para el algoritmo de selección: MEMPHIS (máxima entropía de la probabilidad de mezcla a partir de una segregación jerárquica ( por sus siglas en Inglés). Sin embargo, la serendipia más trascendente de la Historia de la Humanidad fue, sin duda, la que celebramos hoy: El descubrimiento de América. De acuerdo con la RAE, descubrir es hacer conocido algo que era ignorado. Cuando el comerciante catalán ( nova historia dixit) Cristóbal Colón decidió llegar a Oriente viajando hacia occidente, si bien sabía perfectamente que la Tierra era redonda y hasta conocía su tamaño, lo que no sabía era que en su camino hacia las Indias había todo un continente que se extendía de polo a polo por lo que era imposible llegar a Oriente sin cruzarse con dicho continente por el camino.Es más, si no hubiera existido el istmo de Panamá, Colón podría haber pasado entre las dos Américas sin enterarse de que existían. La redondez de la Tierra era conocida, como mínimo desde el 276 a.C. cuando Eratóstenes de Cirene midió el perímetro de la Tierra. Sin embargo, su cálculo resultó demasiado pequeño por lo que nadie podía pensar que entre Europa y Asia cabía otro continente. Eso lo descubrió Colón. Algunos hipanófobos - que hay muchos- restan importancia a la gesta de Colón diciendo que el catalán (¿o era genovés?) no fue el primer europeo en llegar a América. Tenemos evidencias arqueoloógicas de que navegantes vikingos llegaron al nuevo continente mucho antes que Colón. Es más se dice que Colón decidió emprender su viaje porque ya había escuchado testimonios de europeos que habían llegado a América y lograron regresar para contarlo. Recientemente, leí - incluso -la llegada de un cayuco cargado de inmigrantes que pretendían viajar de Mauritania a Canarias pero se pasaron de largo y las corrientes los llevaron hasta las costas de la americana Trinidad yTobago.Obviamente, todos los ocupantes del cayuco habían fallecido. Así que europeos llegados a América pudieron haber miles . Sin embargo, de lo que no queda ninguna duda es de que Colón fue el primer europeo que hizo conocido - o sea descubrió- algo que era ignorado por casi todos.

El dedicado a Colón -en la plaza del mismo nombre es uno de los principales monumentos de Barcelona Fuente: Google