miércoles, 22 de agosto de 2018

Codo de profesor de Matemáticas

Vaya por delante que no soy traumatólogo ni médico. Ni si quiera profesional sanitario por lo que mis conocimientos de fisiología y Anatomía humanas no van más allá de la cultura general aunque sí he aprendido mucho tras casi diez años de neurorehabilitación.
Sin embargo, sí estoy acostumbrado a redactar artículos científicos documentándome previamente con la adecuada bibliografía. Hasta donde yo sé, nadie ha definido una patología con el nombre del título de esta entrada pro confío en que algún facultativo se interese por ella e investigue al respecto.
Tal vez algún día llegue a catalogarse una lesión denominada lesión de codo de profesor de Matemáticas y hasta llegue a conocerse como síndrome de Alcobé por haber sido yo el primer científico  en hacer referencia al mismo.


Comenté hace tiempo que, antes de ensñar Matemáticas en la Escuela de Ingenieros de la UPC, enseñé Matemáticas en ( en el curso 1992-93) la Escuela de Ciencias Empresariales de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ubicada en Sabadell.
Hubo una lección- no recuerdo cuál- que la coordinadora de la asignatura nos sugirió explicar mediante el uso de transparencias. Este método tiene la ventaja del orden y la completitud pero el inconveniente de la velocidad: No te olvidas de explicar nada y todos los profesores implicados enseñan lo mismo pero se explica tan rápido que los alumnos no tienen tiempo de tomar apuntes.
Además, no te entretienes en detalles que pueden ser de difícil comprensión.
Fuimos avanzando en el tema hasta que un alumno - que no era de los malos precisamente- me dijo: Alcobé, no sé si te habrás dado cuenta de que no nos estamos enterando de nada.
Eso me hizo reflexionar y cambiamos la estrategia.
Aquella lección me enseñó que cuando enseñas Matemáticas, es imperativo ir escribiendo en la pizarra todo lo que vas explicando.
Sucede que en Matemáticas - y también en Física se acostumbran a utilizar símbolos ajenos al alfabeto latino - sobretodo el griego-  y suelen aparecer muchos sub- y súper índices.
No es extraña una expresión del tipo Omega mayúscula sub- i,j,k, súper alfa, beta, gamma.
Es por eso que se hace necesario escribir claramente en la pizarra apretando fuertemente la tiza para que los alumnos vean claramente lo que escribes.
Esta lesión suele pasarse con los correspondientes anti-inflamatorios y a otra cosa mariposa.
Sin embargo, cuando poco tiempo después de la lesión te pasas varios meses encamado en coma, es frecuente la aparición de una osificación periarticular, romo comenté hace tiempo,
Lo malo de la osificación es que, al ser hueso, sólo puede arreglarse mediante bisturí pero  se trata de una intervención muy sangrante y con muy pocas garantías de éxito por lo que resulta desaconsejable.
En mi caso además, una operación de este tipo me dejaría sin ninguna extremidad superior útil durante el tiempo de convalecencia, así que volvería una dependencia del 100%, y total, para que se me reprodujese pasados unos meses.
El médico que me evaluó para mi posible participación en competiciones paralímpicas ya sospechó de mi lesión previa a la osificación.
Aún así consideró que mi brazo derecho estaba en una condición excesivamente buena para competir  en las mismas condiciones que el resto de deportistas




La osificación periarticular consiste en una protuberancia ósea que impide el correcto movimiento de la articulación
Fuente: researchgate.net

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