domingo, 3 de julio de 2022

Yo podía haber estado allí

Vaya por delante que soy consciente que lo que aquí explico probablemente pueden decirlo muchas otras personas que puedan haber pasado por circunstancias similares a las mías. Esto es lo que los leguleyos definen con el latinaje: Excusatio non petita acusatio manifesta. La primera vez que pensé en el título de esta entrada fue cuando se produjo en 2015 el accidente del vuelo de German Wings Barcelona- Düsseldorf. Avión, al parecer, deliberadamente estrellado por el copiloto Andreas Lübitz quien sufría una gran depresión por causa de haber sido abandonado por su pareja, si bien ya había sufrido anteriores episodios de depresión y se medicaba para superarlo. Lamentablemente, son demasiados los casos de pilotos comerciales que deciden abandonar este mundo acompañados de sus pasajeros. Un amigo piloto de Iberia me explicaba que, a pesar de las extremas medidas de seguridad implementadas en los aviones después de los atentados del WTC el 11 de septiembre de 2001, tales medidas no prevén la posibilidad de que sea alguno de los propios pilotos quien decida estrellar deliberadamente el avión. Las medidas van encaminadas a evitar que un terrorista suicida se haga con el control del avión pero no pueden prever que el suicida sea quien ya está controlando el avión. Se supone que eso ya lo deben evitar los periódicos controles psicológicos a los que está sometida toda la tripulación.En el caso de Lubitz parece que podría haberse previsto y, de hecho, el trabajador estaba oficialmente de baja laboral(creo). Algo que no podía saber el resto de la tripulación por ser secretos los informes médicos de los trabajadores. Como tiene que ser. Lo cierto es que en mi época de vendedor de TIC's llegué a trabajar para una empresa de software de internet alemana. Esto me llevó en una ocasión a la feria del marketing online de Düsseldorf. Para desplazarme hasta la ciudad alemana utilicé el mismo vuelo de German wings Barcelona- Düsseldorf (ida y vuelta). Obviamente, esto que pensé yo lo debieron pensar muchas personas más que debían volar a esta ciudad de Alemania con frecuencia, no necesariamente vinculados profesionalmente al software de internet. Y por qué lo cuento ahora? Hace unas semanas estuvimos asistiendo al espectáculo que nos ofrecía el volcán de la isla de La Palma. La realidad es que llamamos isla volcánica a lo que geológicamente no es más que un volcán submarino que ha crecido lo suficiente a lo largo de siglos de erupciones como para superar el nivel del mar y aparecer como una isla. Y las islas volcánicas son lugares ideales para establecer observatorios astronómicos. El aislamiento físico las protege de la contaminación lumínica y otros obstáculos que estropean la transparencia del aire convirtiéndolas en lugares ideales para la observación del cielo. Análoga a La Palma es el volcán Mauna Kea en las islas Hawai donde también se han instalado modernos equipos de observación astronómica. Como curiosidad explicaré que el volcán Mauna Kea aparece como la montaña más grande del planeta contado desde el lecho marino a cinco mil metros de profundidad. También el Teide (Tenerife) es una montaña gigantesca si su altura se cuenta desde el fondo del Atlántico. Y La Palma es otro lugar en que podría haberme encontrado yo. Como ya he comentado en más de una ocasión, al terminar mi licenciatura de Física con la especialidad de astronomía y Astrofísica, uno de los lugares a los que postulé fue el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) que es el que gestiona el Observatorio del Roque de los Muchachos en la isla canaria. Como comenté, mi expediente académico no era todo lo bueno que debería para ser aceptado en el IAC. Compañeros míos con mejores expedientes sí fueron aceptados y allí se instalaron. Mencioné por ejemplo el caso de Jordi C. actualmente catedrático de Cosmología de la Universidad de La Laguna (Tenerife ) afincado en la Isla de Tenerife. Otra compañera también aceptada fue Àngels R. con quien coincidí en todos los cursos de la carrera por ser ambos de la misma edad. Casualmente coincidí con ella en una ocasión en el autobús en una visita que hizo a sus padres a Barcelona ya que éramos vecinos. Recuerdo que me comentó su satisfacción profesional de trabajar en el IAC aunque no tanto de residir en las islas afortunadas por tener una excesiva sensación de aislamiento. Años más tarde supe que había regresado a Barcelona y estaba de profesora en la Escuela de Ingenieros industriales aunque continuaba como investigadora de Astrofísica en el Departamento correspondiente de la Facultad de Física. Recientemente, me interesé por ella buscñandola en google sólo pàra enterarme de que había fallecido
Aunque no sé como habrá quedado tras la erupción, yo podría haber sido parte del Observatorio del Roque de los Muchacos perteneciente al IAC Fuente: google

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