domingo, 29 de marzo de 2020

Confinamiento

Por causa de una pandemia global, nos vemos obligados a permanecer confinados en nuestros domicilios para evitar su propagación.
Para muchas personas, el hecho de quedarse en casa y no poder ir a trabajar resulta una tortura severa.
Para los niños son unas vacaciones inesperadas y agradecidas.
Yo ya llevo diez años confinado en casa y, aunque la falta de actividad física acabará afectando mi rehabilitación, no tengo ningún problema con esta medida.
Ya el último día que fui a piscina - hará unos quince días- el propio socorrista (Iván) me dijo que yo debía ser persona de riesgo y que probablemente sería mejor que me quedara en casa.Reflexioné al respecto pero me parecía que podía seguir yendo. Así hasta que mi propia AP me lo dijo y ya decidí interrumpir el ejercicio físico.
Se suma e ese hecho. que también en trace se ha decidido interrumpir todas las terapias de rehabilitación. Más necesario aún si se tiene en cuenta que todos los descerebrados somos personas de riesgo que vamos escasos de defensas.
La actividad de passejades per Barcelona la hemos sustituido por paseos virtuales desde casa holgazaneando y transmitiendo por whatsap qué hacemos.
Yo no soy periodista pero este señor que sí lo es piensa lo mismo que yo.

Muchas personas ven con miedo que les llegue el día de la jubilación porque han dedicado toda su vida a trabajar  y no tienen vida fuera del trabajo.
A mí me ha llegado el retiro de forma prematura y he aprendido a dedicar mi tiempo a actividades que sí puedo hacer, actividades que serían imposibles si no existiera Internet.
De hecho parece como si la vida me hubiera estado preparando para esta situación.
Incluso el tiempo que pasé en nómina del INEM fue un entrenamiento para estar en casa dedicado a actividades personales.
Durante ese año (2001-2002), además de dedicarme a buscar trabajo, me pasaba todo el día leyendo, escribiendo mi blog de entonces y arreglando la Galaxia, que es como denomino a mi trabajo de investigación Astrofísica
Aunque tengo pendientes los deberes del viernes 23 de marzo, sí que hice los de la semana anterior.
Ese día (23 de marzo) escribí un pequeño texto relatando mi actividad  quedándome en casa y lo publiqué en la página de passejades de facebook.
En dicho texto explicaba lo que he dicho más arriba de que ya llevo muchos años confinado y no representa para mí ningún problema seguir en ello.
Lo acompañaba de una foto sugerida por los terapeutas indicando cómo tratamos de superar esta crisis quedándonos en casa.
Aún no se había decretado el confinamiento total que se ha ordenado unos días después a la vista de que la epidemia sigue extendiéndose.
También explicaba allí mi decisión de referirme a este virus como gretavirus por haber coincidido en el tiempo con el alarmismo climático al que se ha apuntado esta joven sueca Greta Thunberg
No obstante, sin pruebas ni bibliografía que lo apoye, acusaba a esta muchacha de estar a sueldo del lobby nuclear por ser éste el más interesado en asustarnos con las emisiones de CO2.
Como comenté hace varias semanas, el alarmismo climático fue un invento de la entonces Primera Ministra Británica Margaret Thatcher para cepillarse a los sindicatos ingleses de la minería de carbón para poder justificar la construcción de centrales nucleares cuya popularidad se había resentido tras los desastres de la Isla de las tres Millas (Harrisburg, Pensilvania, USA, 1979) y Crenobyl (Ukrania, URSS, 1986).
En el texto de facebook, insinuaba que este virus de la gripe del pangolín había sido expandido por el lobby nuclear con Greta a la cabeza.
La razón estriba en que sabemos desde 2008 que el calentamiento global de finales del siglo XX dará dando paso a un enfriamiento global en las próximas décadas.
Dado que la información a la que yo he tenido acceso también tienen que conocerla los alarmistas nucleares,  aprovecharán el frenazo económico provocado por el virus para justificar el enfriamiento que vendrá dentro de un par de décadas y considerarán demostrada su teoría del calentamiento por emisiones de CO2.
De hecho se dice que las campañas criminales de Gengis Khan redujeron la actividad humana lo suficiente para detener  el período cálido medieval y dar paso a la pequeña edad del hielo.
Los climatólogos saben que los cambios climáticos de la Tierra nunca han venido determinados por la composición atmósférica sino al revés.
Por eso, acusar a Greta y el lobby nuclear de haber fomentado el virus, además de falso, es injusto pues todo el mundo sabe que el Covid-19 ( en catalán y vascuence Covid-155) ha sido extendido por el malvado gobierno social-podemita del perverso Reino de España para oprimir aún más a Cataluña y el resto de nacionalidades  que constituyen el Reino de España recentralizando las competencias que sus respectivos estatutos de autonomía les habían otorgado.
En el caso catalán, lo primero que hemos visto es cómo los creyentes de la secta amarilla nazi-onal supremacista han dejado de cortar las vías de comunicación de acceso a Barcelona.
El gobierno de Sánchez-Castejón estaba a la espera de que Torra-Pla cometiera algún delito como hizo su predecesor y así justificar la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
En su socorro ha llegado el gretavirus que le ha permitido aplicar el estado de alarma limitando los derechos individuales  obligando a los patriotas a permanecer en sus domicilios sin posibilidad de ejercer su derecho a la libertad de expresión.
De este modo, lo que no consiguieron ni las fuerzas de orden público locales ni regionales, lo ha conseguido una simple cadena de moléculas de carbono con capacidad para replicarse y facilidad para trasladarse de un ciudadano a otro.

Mi imagen en passejades  (23.3.2020)


viernes, 20 de marzo de 2020

Me siento débil Panoramix

Si el lector es aficionado a leer las aventuras de Asterix, el galo, sabrá que la frase que titula esta entrada se la dice Obelix al anciano druida de su aldea  con el objetivo de que éste le de un poquito de poción mágica , algo a lo que sistemáticamente se niega Panoramix.
No es hasta uno de los últimos volúmenes de los personajes que descubrimos cuáles son los efectos secundarios  de tomar poción mágica para Obelix.
No es la primera vez - ni será la última- que comento cómo una reducción en mi presupuesto de defensa despierta en mi organismo algún elemento patógeno con el que convivimos habitualmente pero se encuentra aletargado gracias a nuestro sistema inmunológico que lo mantiene a raya.
Así fue como el pasado 7 de febrero, pillé un catarro de los comúnmente denominados trancazo.
Si hubiera tenido fiebre, habría pensado que era gripe, y si además hubiera sucedido una semana después, habría supuesto que era la gripe del pangolín, que tan de moda está estos días.
Así es como vencemos a los virus, que por no estar vivos tampoco los podemos matar.
Otra cosa son las bacterias  que sí están vivas y se pueden combatir con antibióticos.
Lo malo de los virus es que deben ser combatidos por el propio organismo. Lo bueno, es que , si los vences, quedas inmunizado para toda la vida, cosa que no pasa con las bacterias.
Otros agentes patógenos son los protozoos (verbigratia, el plasmodio, que provoca la malaria) mucho más difíciles de combatir y para los cuales aún no se ha conseguido ninguna vacuna.
Es famoso el trabajo del colombiano Dr. Patarroyo, quien trabaja desde hace años para conseguir una vacuna contra el paludismo.
Me consta que trabaja junto con otro equipo de investigadores de medicina tropical del Hospital Clínic de Barcelona.
Por otro lado, la técnica clásica de desarrollar una vacuna mediante bacterias debilitadas no sirve como vacuna en el caso de protozoos de manera que se han visto obligados a aplicar un enfoque totalmente distinto mediante vacunas sintéticas.

A pesar de su insistencia, Panoramix nunca entrega poción mágica a Obelix)

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