martes, 29 de junio de 2021

Gambito de dama

Una de las muchas razones del ocaso de la televisión como medio de comunicación está siendo la aparición de plataformas digitales ofreciendo contenidos audiovisuales a la carta.

Las televisiones llamadas  públicas tienen como única función asegurar la reelección en las próximas elecciones  del gobierno de turno que sostiene  la cadena ya sea una cadena local, regional o nacional. 

Nada puedo decir de cadenas como Telemadrid o ETB ya que no tengo acceso a ellas.

A la que sí tengo acceso es a TV3 y, aunque poco la miro, su función principal parece ser la de inocular odio hacia España y explicarnos que todos los problemas que podamos tener tienen su origen en ese Reino. Hubo un tiempo en que su función fue la de normalizar la lengua catalana y que nos acostumbrásemos a escuchar a John Wayne o al señor Spock hablar en catalán. Conseguido ese objetivo hace años, ahora nos informa de la maldad de los españoles y de cuantos no comulgamos con la idea de la separación de Cataluña del Reino de España.

En cuanto a las cadenas privadas, su único objetivo es conseguir el mayor índice de audiencia y tienen comprobado que ese valor es directamente proporcional a la toxicidad de los detritus que excretan en la cadena.

De este modo, nunca fue más cierto aquello que decíamos hace tiempo: Yo sólo miro películas, documentales y alguna serie.

Y con las nuevas plataformas digitales podemos elegir qué mirar y cuándo.

En el caso de la miniserie titulada como esta entrada, emitida por Netflix, nos presenta la historia de una chica que, con una infancia miserable, llega al orfanato para recibir educación y allí descubre su innato talento para el ajedrez al ser instruida en este deporte por el bedel del centro.

Como en ajedrez  reina=dama, el título voriginal es gambito de reina, dando un doble sentido al término ya que la protagonista es la reina del ajedrez.

Antes de la serie yo pensaba que el gambito era una estrategia de ataque pero ahora me he informado y es una jugada de apertura.

Siendo el ajedrez un deporte mental, suele provocar obsesión entre quienes se esfuerzan en dominarlo.

De este modo, la protagonista dedica todo su tiempo libre, y aún más, a imaginar jugadas y movimientos incluyendo la posible respuesta del rival.

Todo ello sumado a su talento natural, la acaban convirtiendo en una ajedrecista de primer nivel mundial compitiendo al máximo nivel y conquistando los más elevados títulos.

Adoptada por un matrimonio con severos problemas de pareja, se contagia de la adicción de su madrastra a los fármacos y al alcohol.

Por otro lado, al ganar en los más prestigiosos torneos alcanza unas enormes ganancias económicas que la llevan a seguir los desgraciados pasos de muchos otros deportistas y faranduleros - en inglés celebritys- que no han sabido digerir la fama y el éxito.

Desde un punto de vista de corrección política cumple con el requisito feminista de que la protagonista sea mujer. Sin embargo, corre con el riesgo de identificar el ajedrez como una mariconada impropia de machos y sólo para afeminados con miedo a las lesiones físicas.

En la rehabilitación cognitiva, los psicoterapeutas nos proponen gran variedad de ejercicios mentales para ralentizar el proceso psicodegenerativo desencadenado por la lesión cerebral.

Unos de los ejercicios más típicos que nos proponen son los sudokus que nos obligan a ejercitar las funciones ejecutivas.

Yo nunca antes del accidente había resuelto un sudoku y ahora, aunque llevo tiempo sin resolver ninguno, me defiendo bastante bien.

Aunque yo me proponga a mí mismo ejercicios de cálculo como los que enseñaba a mis alumnos de ingeniería, en neurorehabilitación ese tipo de ejercicios no resulta adecuado ya que los psicólogos no están acostumbrados a resolverlos y la mayoría de pacientes tampoco. Sumas y restas, sí pero integrales múltiples con cambio de variable, no.

Oro ejercicio frecuente es el ajedrez. Por este motivo, me apunté a un curso de este deporte impartido recientemente en un centro cívico al lado de casa.

Allí me enseñaron movimientos básicos como el enroque y algunos movimientos de estrategia.

Uno de los consejos fue que todos los movimientos deben ir enfocados a ganar la partida y nunca se deben realizar movimientos de  entretenimiento porque eso ofrece una ventaja al rival.

Mis compañeros de seminario y rivales ocasionales en el juego tuvieron ocasión de diagnosticarme mi heminagligencia izquierda al comprobar que no utilizaba su lado derecho del tablero ( = mi lado izquierdo, o tablero de dama).

Como el ordenador no analiza ese tipo de defectos, intento corregir la heminegligencia al jugar contra la máquina por lo que resulta un buen entrenamiento.

Obviamente, las blancas juegan con una cierta ventaja porque, al iniciar el juego, pueden llevar la iniciativa, yendo las negras a remolque de lo que hagan las blancas.

Es por eso que con frecuencia utilizo blancas para entrenar la iniciativa pero también negras para enfrentarme a esa pequeña desventaja.

Las negras pueden hacer movimientos espejo repitiendo exactamente lo mismo que hagan las blancas pero esa estrategia puede deshacerse con un sinple movimiento que ponga en jaque al rey negro obligando a las ngras a dejar de copiar.

En cualquier caso, la agresividad debe ser la norma y siempre que se pueda deben capturarse las piezas que el contrario haya expuesto sin defensa.

Precisamente esta agresividad es lo que me impide jugar contra los miembros de mi familia por lo que sólo puedo jugar contra el ordenador, el cual nunca comete despistes.

En mis tiempos de profesor de Probabilidad y estadística (PiE), como era necesario repasar la combinatoria, intenté calcular el número total de partidas posibles. Obviamente, no lo conseguí porque este número es enorme: Del orden de 10 elevado a 120, denominado número de Shanon que fue el primer matemático que lo calculó.

Se supone un máximo de 40 movimientos entre los dos jugadores. Sin embargo, ese número podría ser mucho mayor si los dos jugadores comienzan a perseguirse por el tablero sin llegar nunca a mate. En ese caso, no obstante, después de 10 ó 15 movimientos de persecución inútiles puede pedirse tablas pero es necesario que lo pida alguno de los jugadores o el árbitro) y que lo acepte el otro jugador. Si ninguno lo acepta, la partida podría prolongarse hasta el infinito.

Se estima que el número de partícuas en el universo conocido es del orden de 10 elevado a 80 por lo que el número de Shanon no es posible almacenarlo en ninguna memoria electrónica. 

El ordenador trabaja analizando todas las posibles respuestas pero no puede tener todas las partidas  posibles guardadas.

Aún así he conseguido ganar al ordenador en varias ocasiones, eso sí, al mínimo nivel.

Al principio hacía trampas deshaciendo todos los movimientos que conducían a la captura de una pieza importante, como la  reina (o dama).

También, al igual que en la película, me retiraba si perdía la dama.

Aún así, el otro día conseguí ganar incluso después de perder la Reina.

No obstante, también he ganado alguna vez jugando al tun-tun en el que mi único esfuerzo era evitar capturas y provocar un jaque, que resultó ser mate por casualidad.

Tuve una temporada que jugaba contra un software instalado en el teléfono pero era demasiado tonto y me cansé. Obviamente, la potencia de cálculo del procesador de un teléfono es muy inferior a la de un ordenador de sobremesa por lo que es lógico que resulte un rival más asequible. Lo mismo sucede con la tableta.

De todos modos, aunque sigo practicando siempre que pierdo la conexión a la red, estoy muy lejos de ser un rival capaz de enfrentarme a jugadores de nivel medio.

Habilidades como tienen algunos de jugar de memoria sin tener el tablero delante me resultan totalmente imposibles.

Pongo un video explicativo de la jugada de gambito de dama





jueves, 17 de junio de 2021

La desviación del vértex

 

Tal vez el lector se pregunte

¿Qué hace un astrofísico como yo cuando se queda sin cerebro?

¿A qué dedica el tiempo libre además de a rehabilitación?

Pues la respuesta está en el título de esta entrada: A estudiar la desviación del vértex.

La primera vez que me hablaron de este tema, puse la cara que debe de estar poniendo el lector con la diferencia de que ése era el tema de trabajo que mi directora de Tesis me estaba proponiendo como tema de trabajo. Volví a poner la misma cara muchos años después cuando ya fuera del hospital ( y de Guttmann) comencé mi rehabilitación y un fisio me dijo que lo que tenía que hacer era aprender a caminar . En ese momento me sonó a cachondeo pues llevaba cinco años sin levantarme de una silla de ruedas y necesitaba ayuda para todas las trasferencias, de silla al inodoro o a la cama o a otra silla, de modo que veía muy lejana la posibilidad de llegar a hacerlo yo sólo.

Sin embargo, ya he ido comentando en estas páginas mis progresos y cómo he ido aprendiendo a mantenerme en pie, incluso sin ayuda, aunque unas cuantas caídas sí que he sufrido, afortunadamente sin consecuencias. De hecho, la única caída  dura que tuve lo fue con silla y todo despeñándome con silla incluida de cabeza por el bordillo de una acera y que me llevó otra semana al hospital.

Ya comenté hace tiempo mi costumbre de arreglar la Galaxia que era como denominaba entre mis compañeros de empresa al desarrollo de mi tesis doctoral.

Para situar al lector explicaré que  el fenómeno del que estoy hablando no es más que un resultado estadístico que incluso tal vez ni exista realmente

Comencé a trabajar sobre la desviación del vertex allá por octubre de 1986 y así hasta el día de hoy.

En agosto de 1995 presenté mis resultados preliminares en una conferencia internacional de Astronomía en Petrozvodsk (Karelia, Rusia) y un astrónomo checo (el profesor Jan Paloûs) me hizo ver que el fenómeno del que estoy hablando no es más que un resultado estadístico que incluso tal vez ni exista realmente sino que sólo es consecuencia de un sesgo en la muestra de estrellas que estaba utilizando. Algo así como las estadísticas que se publican de la afectación mundial del gretavirus que por causa de la sesgada elección de la muestra nos lleva a concluir que la mortalidad producida por el virus es tanto menor cuanto peor es el sistema sanitario de un país,cuando lo que en realidad nos dice ese resultado es que cuanto peor es el sistema sanitario, menos pacientes potenciales de riesgo existen ya que fallecieron hace tiempo.

Pero no voy a dejar al lector en ascuas sin explicar qué es eso de la desviación del vértex además de lo que me dijo el astrónomo checo.

Aunque no le venga a decir gran cosa, sepa que la desviación del vértex es una no alineación con el centro galáctico del semieje mayor  del elipsoide de velocidades residuales de las estrellas del entorno solar. Y qué es una velocidad residual? pues la diferencia con la media de velocidades de toda la muestra. Suponiendo que la distribución de velocidades es aleatoria, presentará aspecto de una campana de Gauss que en tres dimensiones es un elipsoide de revolución ( una pelota de rugby). Puede el lector ampliar ( o sea, hacerlas más grandes) sus dudas al respecto, echando un vistazo a mi tesis doctoral en el apartado sobre desviación del vértex (página 138).

Y como no quiero parecer podemita dando muestras de arrogancia, añadiré una pincelada de humildad: En mi actual estado, descerebrado y tullido, me resulta casi imposible no ya entender, sino incluso discernir la bibliografía que necesito para poder continuar con mi trabajo.



lunes, 7 de junio de 2021

El esfuerzo físico es mucho mas fácil que el mental


Si el lector es experto en comportamiento humano, estará pensando: Y ahora se entera este tío que va de astrofísico especialista en Astronomía galáctica?

Aunque ya no sucede con la frecuencia de otros tiempos, aún son muchas las personas que me felicitan por mis progresos con la rehabilitación.

Yo intento restar importancia al asunto diciendo que tampoco hago otra cosa: Voy a piscina cada día, leo lo que puedo, me entretengo con este blog y supongo que todo suma.

Con frecuencia pienso que si hubiera puesto en mis estudios universitarios el mismo empeño que estoy poniendo en la rehabilitación, tal vez habríoa logrado un expediente académico brillante y habría triunfado como científico como sí lo consiguieron algunos compañeros míos.

Sin embargo, la mala noticia habría sido que me habría convertido en un podemita soberbio y arrogante convencido de que el Mundo me debía su existencia.

No estoy diciendo que eso le suceda a todos los científicos de éxito pero conociéndome, creo que a mí sí me habría sucedido.

Pero entonces me faltó la disciplina y fuerza de voluntad para hacerlo.

Algo que ahora sí hago.

La motivación era muy diferente.

Entonces estudiaba para mí y, aunque quería agradar a mi familia que se sacrificaba para que yo pudiera estudiar, el esfuerzo de ponerme a estudiar no conseguía superarlo.

Sí le puse ganas durante el desarrollo de mi tesis doctoral y ahí consideré agradecido el esfuerzo realizado por mi familia durante mi carrera, a lo que entonces se sumaba el apoyo recibido por parte de Menchu quien también puso ilusión y me ayudó en mi trabajo.

De mi no trabajo durante la carrera, además del mediocre expediente académico que me quedó, echo de menos no haber aprendido lo suficiente de algunas materias.

En particular, me habría gustado aprender mejor temas como la geometría diferencial y el electromagnetismo, cuestiones que ahora echo de menos porque me impiden avanzar en algunas disciplinas  sobre las que tengo gran interés.

Por ejemplo, la Relatividad General es básicamente un problema de Geometría Diferencial y la Mecánica Cuántica la he ido olvidando por no haberla practicado suficiente.

El Cálculo Diferencial e integral también los habría olvidado completamente si no hubiera sido porque tuve que enseñarlos a mis alumnos de Ingeniería deAeronáutica y de Telecomunicaciones .

Lo mismo puedo decir de la Probabilidad y Estadística (PIE) y de la combinatoria.

Y eso vale también para la termodinámica Estadística que te ayuda a comprender el comportamiento de la materia.

También echo de menos mis conocimientos de óptica ondulatoria y de Radioastronomía, que los habría conservado de haberlos trabajado mejor y más intensamente.

Mejor se sedimentaron mis conocimientos de geología planetaria  y nucleosíntesis estelar, así como la Astronomía de Posición.

Esta última aún la aplicaba cuando montaba mi telescopio en el balcón para observar asteroides. Esa afición ha quedado actualmente descartada por mi reducción de movilidad que me impide cargar los 30 kilos de instrumento y montarlo con una sola mano. Animar a los nenes a que me ayuden a esa pesada tarea es una asignatura pendiente que requiere previamente convencerlos de que vale la pena. A Menchu le gustaba la observación de asteroides porque tenía la gracia de que de una semana a la siguiente podías comprobar cómo el asteroide se había movido.

Fenómenos concretos como un tránsito de  Mercurio por delante del Sol  o el impacto del cometa Shoemaker-Levi sobre Júpiter sí pude observarlos porque aún estaba en condiciones físicas de hacerlo.

Pongo aquí un video d sobre cosmología de mi antiguo compañero de estudios y amigo Jordi Cepa, quien sí hizo el esfuerzo que correspondía cuando tocaba hacerlo y ha llegado a ser lo que yo anhelaba cuando era niño: Investigador del IAC y catedrático de Astrofísica de la Universidad de La Laguna (Tenerife).



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