Tomo prestado el título del blog de Alberto Noguera quien tiene una entrada titulada seis meses en meetic.es, conocida web de citas por Internet.
Se cumplen hoy, 20 de septiembre , tres años de mi comienzo en la,unitat dèstimulaciò neurológica (uen) del centro Collserola , en la Vall d’Hebrón de Barcelona para la continuación de mi proceso de rehabilitación que debo seguir para tratar de ser lo que
era antes de mi accidente.
Después de pasar 6 meses en Guttmann me dieron el alta aun faltando mucho para alcanzar una recuperación aceptable. Lo cierto es que dejé
Guttmann asustado por lo que iba a ser de mí con la inquietud de ¿y ahora qué?
A pesar de mi descontento con Guttmann supongo, no obstante, que allí sentaron las
bases para lo que ha sido mi recuperación posterior.
Llegué a Collserola en silla de ruedas y a las pocas semanas ya caminaba. Debo
reconocer, no obstante, que mis primeros pasos ya los había dado en Guttmann. Iba con
mi férula que me habían recetado en Guttmann y que en Collserola llamaban bitutor
(pues ése es su nombre) por estar constituida por dos secciones con una articulación
mecánica para poder flexionar la pierna. Lamentablemente tal articulación tenía
tendencia a atascarse con lo que mi pierna permanecía rígida impidiéndome superar
obstáculos. Instalar tal bitutor en mi pierna era tarea de una hora y no podía realizarla yo
sólo.
Cogí í la costumbre de llevar y traer la férula cada día que iba a la uen de modo que también podía practicar en casa, ya que mi AP no tenía problema en colocármela en la pierna. Esas prácticas continuas de estiramiento de la pierna supongo que estiraron lo suficiente mis músculos a la vez que los fortalecieron y supongo que mi actual andar – al menos parcialmente- es consecuencia del esfuerzo realizado entonces. Lo cierto es que me pegaba unas buenas sudadas pasillo arriba y pasillo abajo por casa. Cuando me sacaba la férula, procuraba dar unos pasos con la pierna en caliente y ya estirada por dicho artilugio. De lo que no podía prescindir era del bastón y mi caminar era de abuelito decrépito, muy lejos del elegante andar de una modelo que me exigen ahora los fisios.
Se cumplen hoy, 20 de septiembre , tres años de mi comienzo en la,unitat dèstimulaciò neurológica (uen) del centro Collserola , en la Vall d’Hebrón de Barcelona para la continuación de mi proceso de rehabilitación que debo seguir para tratar de ser lo que
era antes de mi accidente.
Después de pasar 6 meses en Guttmann me dieron el alta aun faltando mucho para alcanzar una recuperación aceptable. Lo cierto es que dejé
Guttmann asustado por lo que iba a ser de mí con la inquietud de ¿y ahora qué?
A pesar de mi descontento con Guttmann supongo, no obstante, que allí sentaron las
bases para lo que ha sido mi recuperación posterior.
Llegué a Collserola en silla de ruedas y a las pocas semanas ya caminaba. Debo
reconocer, no obstante, que mis primeros pasos ya los había dado en Guttmann. Iba con
mi férula que me habían recetado en Guttmann y que en Collserola llamaban bitutor
(pues ése es su nombre) por estar constituida por dos secciones con una articulación
mecánica para poder flexionar la pierna. Lamentablemente tal articulación tenía
tendencia a atascarse con lo que mi pierna permanecía rígida impidiéndome superar
obstáculos. Instalar tal bitutor en mi pierna era tarea de una hora y no podía realizarla yo
sólo.
Cogí í la costumbre de llevar y traer la férula cada día que iba a la uen de modo que también podía practicar en casa, ya que mi AP no tenía problema en colocármela en la pierna. Esas prácticas continuas de estiramiento de la pierna supongo que estiraron lo suficiente mis músculos a la vez que los fortalecieron y supongo que mi actual andar – al menos parcialmente- es consecuencia del esfuerzo realizado entonces. Lo cierto es que me pegaba unas buenas sudadas pasillo arriba y pasillo abajo por casa. Cuando me sacaba la férula, procuraba dar unos pasos con la pierna en caliente y ya estirada por dicho artilugio. De lo que no podía prescindir era del bastón y mi caminar era de abuelito decrépito, muy lejos del elegante andar de una modelo que me exigen ahora los fisios.
Los primeros días que fui a la uen, como no podía empujar mi silla de ruedas, era el conductor de la ambulancia (Adrià) quien me llevaba hasta el gimnasio y al terminar era un terapeuta quien me llevaba hasta la salida. Alguna vez que me despisté por los pasillos yo sólo, la primera persona (interno, limpiadora, camarera, enfermera, técnico de mantenimiento) que me vio en dificultades me acompañó hasta mi destino. Fue ése el caso varias veces del Sr. José S., el papá de Gemma S., economista y consultora de empresas, afectada por ictus igual que yo.Pronto aprendí a desplazarme en silla de ruedas ayudándome únicamente de las piernas, lo que me confería gran independencia.
Al tratarse de un centro geriátrico, en Collserola cuidan mucho los aspectos psicológicos y trabajan para que el paciente alcance la mayor independencia posible.
Además de ancianos y despachados de Guttmann llegan allí muchos accidentados laborales y de circulación para quienes se repite lo que a mí me pasó en Guttmann: Como las mutuas no quieren pagar, presionan a los facultativos para que den el alta a los pacientes lo antes posible.
Aprovechando el redactado de esta entrada, he hecho un balance de cómo estaba y cómo estoy tres años después y la diferencia es abismal.
Al principio, yo permanecía en la cama hasta que llegaba mi AP quien me levantaba, me aseaba y me vestía. Dormía entonces con colector y pañal. En aquellas épocas era inimaginable que me levantara yo sólo por la noche para ir al baño.
Ahora me levanto yo sólo y comienzo a vestirme, incluso a preparar el desayuno.
Inicialmente, asistía a la uen dos días por semana realizando cuatro horas de terapia. Actualmente sigo realizando cuatro horas pero concentradas en un sólo día, Eso me obliga a realizar dos horas seguidas de fisioterapia, lo que resulta agotador. Además de fisio, hago neuropsicología y terapia ocupacional, Inicialmente también hacía hidroterapia pero luego la cambié para un gimnasio con piscina que tengo al lado de casa y me permite ir caminando. Además, por ser socio, puedo disponer de la piscina siempre que esté abierto. No deja de ser curioso que llevando casi 20 años en el barrio, quise apuntarme a un gimnasio con piscina y finalmente lo he acabado haciendo por obligación.
Recuerdo que la primera vez que alguien me pidió comparar Collserola con Guttmann respondí: Aquí las chicas son más guapas. Ahora sería menos frívolo y diría: Collserola es mucho mejor que la Guttmann. Probablemente sea el mejor centro de neurorehabilitación de España.
En Guttmann están especializados en lesiones medulares pero los descerebrados lo tenemos peor. Lo único que tiene mejor Guttmann son los jardines y exteriores del recinto.
Otro aspecto positivo de Collserola es su ubicación en la misma Barcelona y con la entrada principal a escasos metros de una parada de metro (Mundet- Linea 4).
Me gustaría aprovechar esta ocasión para agradecer uno por uno a todos los terapeutas que me han tratado.
Sin embargo, prefiero no dar nombres porque seguro olvidaría alguno y eso no resultaría elegante. Como ellos ya saben quiénes son, no creo que haga falta.
Sí quisiera hacer hincapié en la paciencia que conmigo han tenido pues no ceso de quejarme por el dolor que me producen algunos estiramientos musculares.
Tales quejas, en la Guttmann representaron que los fisioterapeutas se hartaran de mí y me dejaran de lado.(aunque no todos, algunos como Alex y Toni me soportaron hasta que comencé a dar mis primeros pasos).
También quisiera en particular agradecer a las chicas que no me hayan abofeteado a pesar de mis picantes comentarios de viejo verde.
Ahora me levanto yo sólo y comienzo a vestirme, incluso a preparar el desayuno.
Inicialmente, asistía a la uen dos días por semana realizando cuatro horas de terapia. Actualmente sigo realizando cuatro horas pero concentradas en un sólo día, Eso me obliga a realizar dos horas seguidas de fisioterapia, lo que resulta agotador. Además de fisio, hago neuropsicología y terapia ocupacional, Inicialmente también hacía hidroterapia pero luego la cambié para un gimnasio con piscina que tengo al lado de casa y me permite ir caminando. Además, por ser socio, puedo disponer de la piscina siempre que esté abierto. No deja de ser curioso que llevando casi 20 años en el barrio, quise apuntarme a un gimnasio con piscina y finalmente lo he acabado haciendo por obligación.
Recuerdo que la primera vez que alguien me pidió comparar Collserola con Guttmann respondí: Aquí las chicas son más guapas. Ahora sería menos frívolo y diría: Collserola es mucho mejor que la Guttmann. Probablemente sea el mejor centro de neurorehabilitación de España.
En Guttmann están especializados en lesiones medulares pero los descerebrados lo tenemos peor. Lo único que tiene mejor Guttmann son los jardines y exteriores del recinto.
Otro aspecto positivo de Collserola es su ubicación en la misma Barcelona y con la entrada principal a escasos metros de una parada de metro (Mundet- Linea 4).
Me gustaría aprovechar esta ocasión para agradecer uno por uno a todos los terapeutas que me han tratado.
Sin embargo, prefiero no dar nombres porque seguro olvidaría alguno y eso no resultaría elegante. Como ellos ya saben quiénes son, no creo que haga falta.
Sí quisiera hacer hincapié en la paciencia que conmigo han tenido pues no ceso de quejarme por el dolor que me producen algunos estiramientos musculares.
Tales quejas, en la Guttmann representaron que los fisioterapeutas se hartaran de mí y me dejaran de lado.(aunque no todos, algunos como Alex y Toni me soportaron hasta que comencé a dar mis primeros pasos).
También quisiera en particular agradecer a las chicas que no me hayan abofeteado a pesar de mis picantes comentarios de viejo verde.
En mi opinión, la uen de Collserola es el mejor centro de neurorehabilitación de España |
Finalmente, agradecer y desear suerte en su carrera a cuantos estudiantes en prácticas me han atendido. también.
Espero que trabajar conmigo les haya servido de aprendizaje y les deseo una brillante carrera atendiendo descerebrados. accidentados o ancianos en la recta final de su vida
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