Ya intenté-sin éxito- hace
unas semanas establecer un paralelismo entre el ictus isquémico y
complicaciones posteriores por mí sufridos y el ictus financiero sufrido por la
economía española.
Mis escasos conocimientos de neurociencias y nulos de
economía y política me negaron la inspiración necesaria para escribir todo lo
que se podía decir al respecto.
Por ejemplo, nada me atreví a decir sobre la necesidad de
suministrar ácido alendrónico a los pacientes en coma para evitar osificaciones periarticulares, como me
sucedió a mí.
Tampoco supe trasladar eso a la situación socioeconómica.
Visto lo cual no volveré a pretender lucirme en aquello para
lo que no estoy capacitado.
Pero como últimamente utilizo este blog para lanzar un
mensaje de optimismo a las personas que me quieren, voy hoy a hablar de brotes
verdes y luz al final del túnel.
Al menos, en lo que a un afectado por ictus como yo se
refiere.
Y es que hoy mismo, Jacobo (mi hidroterapeuta) me ha dicho
que desde hace un par de semanas ha notado en mí una mejora espectacular.
También esta misma semana, en Collserola dos terapeutas se
han sorprendido positivamente de mi evolución.
Acaso porque el
anterior capitán del Titanic se dedicó a hablar de brotes verdes cuando lo
único que se veía era un glacial y oscuro océano dispuesto a tragárselo todo y se refirió al
inminente naufragio como brusca desaceleración, los actuales oficiales al mando
de la moribunda nave no se atreven a soltar ese tipo de mensajes que nadie se
creería.
Pero si has llegado aquí por haber sufrido un ictus en
primera persona o en la de alguien próximo, quiero decirte que de esto sí se
sale. Llega de golpe y la rehabilitación es extremadamente lenta. Existen
secuelas de las que probablemente nunca nos lleguemos a recuperar pero también
es verdad que, una vez hemos sobrevivido,- condición necesaria- se puede seguir
adelante y se puede mejorar día a día. No es fácil pero tampoco imposible.
Yo no había oído nunca eso de ictus hasta que me lo contaron
que yo lo había sufrido.
Conocía, por supuesto, el caso del podólogo real aunque la información que tenía era la de infarto
cerebral y que le había sobrevenido practicando deporte de esfuerzo. Buscando
ahora en Internet y coincidiendo con otros afectados en mis diferentes
terapias, he aprendido que eso del ictus es de lo más “normal” (bueno,
dejémoslo en habitual)
La situación socioeconómica española yace en lo más hondo de una sima abisal y ahí seguirá hasta que un milagro la reflote
Contrariamente a ello, los afectados por ictus sí podemos
albergar esperanzas de recuperar nuestra
vida anterior al accidente
Para bien (y para mal) siempre se aplica aquello de que "no hay mal ni bien que cien años dure". O aquello de que "todo lo que sube, baja". Pero también es cierto que de los agujeros de misil siempre se sale por el otro lado, no por donde se entró. De esta crisis económica, nos acabaremos recuperando, pero las cosas no volverán a ser como eran antes (hasta el 2007/2008).
ResponderEliminarGracias Bigas por tu comentario pero mi intención no era mostrar mi pesimismo respecto el futuro de este país sino mi optimismo respecto a los afectados por ictus, que, desgraciadamente, somos muchos.
EliminarUn abrazo.
Santi
¡Hola Santi! A mi me gusta mucho la historia del Titanic, muy triste, pero bueno....La situacion de España no es demasiado buena. Hay muchos parados, y la cosa va a más, pero hay que ponerle ansia en trabajar, o por lo menos intentarlo.
ResponderEliminarY respecto a lo que te pasa a ti, ya sé que es jodido, pero hay que seguir luchando.¡Ánimo campeón!
Hola Santi, soc el Victor Rigol he llegit el teu escrit.
ResponderEliminarCom a tota pagina web te un toc narcisista pero també te de
dir que m'ha agradat molt.
Me parece muy bien su optimismo y alegria despues de padecer
ResponderEliminaruna enfermedad tan grave como el ictus. Se le ve que se ha informado mucho por internet de su enfermedad. Lo que no me parece tan bien es su comentario sobre el Titanic. Lo que tampoco me gusta es su comentario sobre la economia española.