lunes, 2 de diciembre de 2013

De profesión: Paciente

Ya he comentado en otras ocasiones que, con frecuencia, me celebran mi buen aspecto y estado de salud así como mis mejoras, especialmente de movilidad.
Últimamente, para no parecer jactancioso, suelo justificarme diciendo que no hago otra cosa.Ya comenté hace tiempo que terapeutas y pacientes denominamos trabajo a las sesiones de terapia. También en la Guttmann hablábamos en esos términos.
En el caso de los terapeutas, es obvio que en eso es en lo que consiste su trabajo y para lo que se han preparado varios años en la Universidad y aquello por lo cual perciben un salario. De modo que en su caso no hay nada que discutir.
En cambio, desde el punto de vista del paciente, lasa sesiones de terapia son nuestro trabajo porque, aunque no percibamos salario alguno por ello, es a lo que dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo. Nuestro objetivo es alcanzar la mayor rehabilitación y autonomía posibles para volver a ser las personas que fuimos y evitar representar una esclavitud para nuestras familias, quienes tampoco han elegido la carga que les ha tocado soportar.

Un accidente o una afectación neurológica pueden sucederle a cualquier persona de forma absolutamente imprevisible y en innumerables circunstancias.
Mientras no podamos volver a ser productivos, tenemos el trabajo de rehabilitarnos

No es la primera vez – ni probablemente será la última – en que mi profesión no es un oficio por el que me pagan  sino una actividad no remunerada en la que el único beneficiado soy yo.
Como tantas otras personas, desde mi más tierna infancia hasta que terminé en la universidad, mi profesión fue la de estudiante. Mucho más tarde, entre verano de 2001 y otoño de 2005 estuve en nómina del INEM por lo que mi profesión pasó a ser la de buscador de empleo. Desde mi accidente, mi único trabajo es recuperarme y en eso estoy. Gott sei Dank,  quienes sólo evalúan los resultados afirman que lo estoy haciendo muy bien y me hago merecedor de la oportunidad que se me está dando.
Con excepción de mis psicólogas – que siguen viéndome perezoso-, también los terapeutas afirman que trabajo bien y le echo ganas para recuperarme. Desde luego, motivación no me falta pues dos comestibles y una maravilla de esposa como Menchu empujan a cualquiera a mejorar.
Como los terapeutaComo los terapeutas me comparan con personas muy en desventaja conmigo – por edad u otras causas-  se alegran de ver mis mejoras y se convencen de que el mérito es mío, lo que a su vez les anima a ellos a esforzarse conmigo.

3 comentarios:

  1. HOLA SANTI.- HE LEIDO TU ENTRADA CON TODA ATENCION Y CELEBRO ESTA MEJORIA, ESPERANDO QUE CON EL TIEMPO Y TU FUERZA DE VOLUNTAD MEJORES TODOVIA MAS.
    A MI YA ME QUEDA MUY LEJOS TODO EL TEMA, SALVO CASOS PUNTUALES COMO LA ROTURA DEL FEMUR Y CLAVICULA, DE LAS CUALES YA ME HE REPUESTO, QUEDANDOME LO INICIAL QUE ES MI FALTA DE ESTABILIDAD.
    UN FUERTE ABRAZO.
    Manel

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  2. Hola Sr Santi, muy interesante. Lo lleva muy bien su tema recuperatorio no se si debe ser por ser profesor en la universidad, eso creo que lo ha llevado a cabo,mejor imposible todo un caballero y muy fuerte cerebralmente.
    Gracias Sr Santi, los medicos habran aprendido mucho de usted.

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    1. Gracias Xavi por tu comentario. No consigo acceder correctamente a tu perfil por lo que supongo que eres el Xavi de trace, aunque me descoloca que me trates de usted. Cierto que ya tengo unos cuantos años (50) .
      Me alegro que te guste la entrada. La verdad que yo tengo motivos para estar optimista además de fuerte motivación para esforzarme en la mejora pues las personas que me quieren se lo merecen.
      Lamento que tú tuvieras menos suerte que yo en tu accidente con secuelas que no se pueden cambiar, como el fallecimiento de tu chica.
      Yo, en cambio, sufrí un accidente (vascular) que no fue culpa de nadie y sólo me afectó a mí.
      No obstante, tú también tienes motivos para ser optimista, al menos ahora pues, aunque algunas cosas no las vas a poder cambiar, tu estado de salud actual es mejor que el de la mayoría de nosotros.
      Un abrazo.
      Santi

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