Ya he
comentado en otras ocasiones que, con frecuencia, me celebran mi buen aspecto y
estado de salud así como mis mejoras, especialmente de movilidad.
Últimamente,
para no parecer jactancioso, suelo justificarme diciendo que no hago otra cosa.Ya comenté hace tiempo que terapeutas y pacientes denominamos trabajo a las sesiones de terapia.
También en la Guttmann hablábamos en esos términos.
En el
caso de los terapeutas, es obvio que en eso es en lo que consiste su trabajo y
para lo que se han preparado varios años en la Universidad y aquello por lo
cual perciben un salario. De modo que en su caso no hay nada que discutir.
En
cambio, desde el punto de vista del paciente, lasa sesiones de terapia son
nuestro trabajo porque, aunque no percibamos salario alguno por ello, es a lo
que dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo. Nuestro objetivo es alcanzar la
mayor rehabilitación y autonomía posibles para volver a ser las personas que
fuimos y evitar representar una esclavitud para nuestras familias, quienes
tampoco han elegido la carga que les ha tocado soportar.
Un
accidente o una afectación neurológica pueden sucederle a cualquier persona de
forma absolutamente imprevisible y en innumerables circunstancias.
Mientras no podamos volver a ser productivos, tenemos el trabajo de rehabilitarnos
Mientras no podamos volver a ser productivos, tenemos el trabajo de rehabilitarnos
No es la
primera vez – ni probablemente será la última – en que mi profesión no es un
oficio por el que me pagan sino una
actividad no remunerada en la que el único beneficiado soy yo.
Como
tantas otras personas, desde mi más tierna infancia hasta que terminé en la
universidad, mi profesión fue la de estudiante. Mucho más tarde, entre verano
de 2001 y otoño de 2005 estuve en nómina del INEM por lo que mi profesión pasó
a ser la de buscador de empleo. Desde mi accidente, mi único trabajo es
recuperarme y en eso estoy. Gott sei Dank, quienes sólo evalúan los resultados afirman
que lo estoy haciendo muy bien y me hago merecedor de la oportunidad que se me
está dando.
Con
excepción de mis psicólogas – que siguen viéndome perezoso-, también los
terapeutas afirman que trabajo bien y le echo ganas para recuperarme. Desde
luego, motivación no me falta pues dos comestibles y una maravilla de esposa
como Menchu empujan a cualquiera a mejorar.
Como los
terapeutaComo los
terapeutas me comparan con personas muy en desventaja conmigo – por edad u
otras causas- se alegran de ver mis
mejoras y se convencen de que el mérito es mío, lo que a su vez les anima a
ellos a esforzarse conmigo.
HOLA SANTI.- HE LEIDO TU ENTRADA CON TODA ATENCION Y CELEBRO ESTA MEJORIA, ESPERANDO QUE CON EL TIEMPO Y TU FUERZA DE VOLUNTAD MEJORES TODOVIA MAS.
ResponderEliminarA MI YA ME QUEDA MUY LEJOS TODO EL TEMA, SALVO CASOS PUNTUALES COMO LA ROTURA DEL FEMUR Y CLAVICULA, DE LAS CUALES YA ME HE REPUESTO, QUEDANDOME LO INICIAL QUE ES MI FALTA DE ESTABILIDAD.
UN FUERTE ABRAZO.
Manel
Hola Sr Santi, muy interesante. Lo lleva muy bien su tema recuperatorio no se si debe ser por ser profesor en la universidad, eso creo que lo ha llevado a cabo,mejor imposible todo un caballero y muy fuerte cerebralmente.
ResponderEliminarGracias Sr Santi, los medicos habran aprendido mucho de usted.
Gracias Xavi por tu comentario. No consigo acceder correctamente a tu perfil por lo que supongo que eres el Xavi de trace, aunque me descoloca que me trates de usted. Cierto que ya tengo unos cuantos años (50) .
EliminarMe alegro que te guste la entrada. La verdad que yo tengo motivos para estar optimista además de fuerte motivación para esforzarme en la mejora pues las personas que me quieren se lo merecen.
Lamento que tú tuvieras menos suerte que yo en tu accidente con secuelas que no se pueden cambiar, como el fallecimiento de tu chica.
Yo, en cambio, sufrí un accidente (vascular) que no fue culpa de nadie y sólo me afectó a mí.
No obstante, tú también tienes motivos para ser optimista, al menos ahora pues, aunque algunas cosas no las vas a poder cambiar, tu estado de salud actual es mejor que el de la mayoría de nosotros.
Un abrazo.
Santi