sábado, 27 de febrero de 2021

coordenadas cartesianas

También llamadas coordenadas rectangulares, el sistema de referencia que titula esta entrada recibe su nombre del matemático y filósofo francés René Descartes que fue quien primero las utilizó y quien probablemente representa la máxima expresión del racionalismo

Con frecuencia he sido acusado de tener una mente muy cuadriculada e incluso me han llamado directamente cartesiano.

Supongo que mi racionalismo genético me ha ayudado en el aprendizaje de Matemáticas y Física.

Sin embargo, representa una importante limitación cuando se trata de interpretar y  apreciar el Arte, en particular el más moderno.

En el caso de la Música  choco frecuentemente con los nenes que me acusan de que la música que yo escucho (sinfónica) es un rollo.

Por contraposición, la que ellos escuchan me resulta un ruido no muy diferente del motor de un coche o un martillo neumático en una obra de construcción.

Además de esa discrepancia con los nenes, también mi racionalismo ha chocado con las visitas culturales que hemos llevado a cabo recientemente en trace en la actividad de Pâssejades por Barcelona.

Y es que el pasado viernes 19 de febrero visitamos la Fundación Tàpies donde se exhibe gran parte de la obra del artista, en particular su calcetín gigante que creó polémica en su momento por la decisión respecto al lugar en el que debía ser ubicada.

Hace  unos meses visitamos la fundació Joan Miró, artista también muy actual con un estilo inconfundible.

De hecho, el local de trace se encuentra a pocos metros del parque que lleva su nombre y en el que se halla una colosal escultura denominada dona i ocell ( mujer y pájaro), si bien su aspecto es el del minarete de una mezquita con una Luna creciente en la punta.

Los cuadros de Miró suelen estar compuestos de una serie de figuras geométricas pintadas con colores primarios. Uno de ellos, incluso, lleva el nombre del pintor: Azul Miró.

La simplicidad de sus cuadros llevó a un amigo mío- Paco C. - ( ahora ya fallecido) a falsificar Mirós, firmándolos él mismo con el nombre del pintor. Supongo por esto que han sido muchas las personas que se han dedicado a falsificar cuadros de este artista. 

Con este amigo ocurrió una situación cómica y es que llevó a enmarcar una de sus falsificaciones y el vendedor de marcos le desrrecomendaba uno al que le veía que, si bien realzaba la pintura, tapaba la firma del Maestro.

Así que mi amigo le respondió: No se preocupe ya volveré a firmar más arriba.

Es también este perfil racionalista lo que me hace ser tan beligerante con la revolución del 3% también llamada procés separatista nazi-onal supremacista.

Pues si algo tuvo de bueno el putsch de octubre de 2017 fue que quedó demostrado con matemática precisión que una Cataluña separada del Reino de España (y sin unirse a Suiza) significaría una catástrofe económica, lo cual es un lujo que no me puedo permitir.

Heme aquí en la Fundació Antoni Tàpies junto al polémico calcetín gigante


2 comentarios:

  1. HOLA SANTI, CORRESPONDIENDO A LA TUYA TE DIRE BREVEMENTE QUE AL FINAL PARECE UN CONCURSO O UNA LÍNEA ENTRE PADRES E HIJOS.
    YO SOLO PUEDO DECIRTE QUE ME PARECE MUY NORMAL QUE A TI TE GUSTE LA MUSICA SINFÓNICA Y A ELLOS LES GUSTE LO MAS MODERNO.
    HAY COSAS QUE NO SE PUEDEN REMEDIAR Y ENTRE ELLAS LA EDAD TUYA Y LA DE TUS HIJOS.
    ESTAS MUY BIEN EN LA FOTO AL LADO DEL CALCETÍN GIGANTE DE LA FUNDACIÓN TÀPIES.
    UN ABRAZO
    MANEL

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    1. Gracias Manel por tu comentario.
      Ciertamente, mis hijos y yo pertenecemos a milenios diferentes y eso se nota en nuestras mentalidades.
      Un abrazo.
      Santi

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