lunes, 3 de febrero de 2014

Esquiar en Suiza

No.
Aunque no lo descarto, de momento no he decidido vender publicidad desde este blog.
Por otro lado, potenciales clientes de este tipo de turismo difícilmente pasarían por esta página y aún en el caso de hacerlo, considerarían irrelevante mi encarte publicitario.
Además, ningún aficionado al esquí del mundo necesita que le canten las excelencias de este país alpino para la práctica del deporte blanco.
Todo el mundo ya sabe lo maravilloso que resulta la práctica del esquí en Suiza, de modo que nada puedo añadir al respecto que no sea del dominio público.
Tampoco voy a explicar que yo ya esté en condiciones de practicar el fantástico deporte del ski.
Ya me gustaría!
Pues aunque me mantenga en pie y pueda disponer de una mano para sujetar uno de los bastones, todavía necesito trabajar el equilibrio.
No. Claro que no!
Quien se ha ido a esquiar a Suiza es Carolina.
Tampoco tenía yo un excepcional nivel de esquí y, del mismo modo que he tenido que volver a aprender a caminar, supongo que tendré que aprender a esquiar como si nunca  antes lo hubiera hecho. La única diferencia respecto a un novato total será que ya estoy acostumbrado a ver las pendientes desde arriba y ya he perdido el miedo.
Ya comenté en otra ocasión mi afición por lo alemán que me llevó a escolarizar a los comestibles en un colegio donde la lengua vehicular es el alemán.
No sólo fue mi germanofilia sino también el ejemplo que nos dan los próceres de la Patria que, cuanto más soberanistas, más llevan a sus hijos a escuelas extranjeras.
Tenemos así al ultranacionalista Joan Laporta que lleva sus hijos al Liceo Francés, al igual que los socialistas Clos y Maragall (estos ya no van, pues ya son mayores).
El ex -molt honorable President Montilla (socialista y obrero) los lleva(ba) a la escuela pública ……. Alemana.
Tales escuelas, si bien son delegaciones de la escuela pública de sus países de origen, para los españoles son, a todos los efectos, escuelas privadas.
En su momento, pensé yo también en el Colegio Alemán de Barcelona para los comestibles (pues había sido miembro de su coral hace muchos años) pero me disuadieron algunas personas que me hicieron notar que aquello es Alemania y, si no eres alemán, estás descolocado. Fue así como nos decidimos por la Escuela suiza de Barcelona.
Como no podía ser de otra manera, cuando llega la temporada, el colegio organiza una semana de ski que para los pequeños como Santi (5º de primaria) es en La Molina pero los más creciditos como Carolina (7ª klasse equivalente a 1º de ESO) ya pueden viajar hasta Suiza.
Lamentablemente, ambos hermanos han estado la correspondiente semana enfermos de gripe, de modo que Santi no ha ido a La Molina y Carolina, aunque sí ha viajado hasta Suiza, prácticamente ha permanecido varios  días en la habitación y es que los profesores acompañantes, con buen criterio, han juzgado inadecuado subir a pistas a -21ºC con 37ºC de fiebre.
Cuando Menchu y yo nos casamos, en lugar de comprarnos un piso como hacía todo el mundo, decidimos gastarnos el dinero en viajes. Así era como cada año nos íbamos a esquiar una semanita a algún lugar donde se hablara alemán. Esto es: Austria o Suiza. Además, como no disponíamos de coche propio, nos veíamos obligados a viajar en avión y, puestos a volar, da igual un destino que otro.
Allí conocimos la idílica estampa de familias de cuatro personas (papá, mamá, nene, nena) esquiando todos juntos y decidimos que de grandes también queríamos ser así.
Entonces reventó la primera burbuja inmobiliaria (la de los 80’s) y, antes de que se inflara la segunda, decidimos comprar piso. El primer año, tuvimos que bajar el nivel y nos limitamos a esquiar en los Alpes franceses aunque no se hablara alemán.
Después de la hipoteca, llegaron los comestibles y se impuso la realidad así que lo de esquiar todos juntos tuvimos que limitarlo al Pirineo catalán (Port Ainé).
Es el esquí lo que más hecho de menos en mi actual situación.
Por razones económicas, no creo que llegáramos a volver a los Alpes suizos o austríacos, ni siquiera franceses.
Sin embargo, la limitación real está en mi condición física. No puedo subir a una montaña sin ser siquiera capaz de aguantarme en pie o, si me caigo, ser capaz de levantarme yo sólo.
También tengo dificultades para arreglarme la ropa de abrigo o ponerme un gorro en la cabeza o unas gafas de tormenta en la cara.
En algunos lugares existe la posibilidad de esquiar con material imperativo para personas que no pueden prescindir de la silla de ruedas (esquí adaptado) pero esa posibilidad ni la considero. Yo puedo ponerme en pie y no quiero renunciar a ello.
Cuando he comentado con mis fisios lo de volver a esquiar me miran con cara de “este tío delira, aún no ha aprendido a caminar y ya quiere calzarse unos esquís”.
Aunque es obvio que mantener el equilibrio mientras se desciende una pendiente  sobre unas tablas no es trivial, lo que también es cierto es que la rigidez de una bota de plástico ahorra la necesidad de una férula anti-equina en el pie como llevo ahora.
Además, yo camino con bastón, al igual que cuando se esquía y los bastones de esquí van sujetos a las manos por una cuerda para no perderlos.

Sin embargo, no se puede esquiar dejando uno de los bastones colgando de la mano sin ningún tipo de control.
Henos aquí en otros tiempos en que podíamos permitirnos ir hasta Suiza a esquiar y aprovechar sin problema los muchos servicios que ese país ofrece para la práctica de este deporte.
Menchu y yo en Zermatt(Suiza) (enero de 1992)
Ahora Carolina ya ha regresado y encantada de la experiencia. Por lo visto se desenvolvía bastante bien esquiando y hasta le llegaron a preguntar si es que iba cada año, pues así parecía indicarlo su nivel. Lo cierto es que siempre he apreciado en Carolina un buen sentido del equilibrio aunque le falta fuerza por estar demasiado delgada.

4 comentarios:

  1. HOLA SANTI.- EN PRIMER LUGAR TE FELICITO PÒR TUS CONTINUAS
    ENTRADAS, LLENAS DE RECUERDOS Y COMO NO DE ESPERANZA.
    ESTAIS MUY REQUETEBIEN EN LA FOTO, TANTO TU ESPOSA CON TU SIN BARBA NI BIGOTE Y UN POCO MAS JOVENES..
    EN VARIAS OCASIONES HABLAS DE QUE VAS CON BASTON, PUES ME PARECE QUE SALVO ESQUIAR, IRIAS MUCHO MEJOR Y MAS SUJETO SI UTILIZARAS UNA MULETA DE LAS MODERNAS QUE TE COGES A ELLA Y TE SUJETAN HASTA EN BRAZO.
    DE NUEVO ME CONGRATULO DE TUS PROGRESOS Y TENGO LA CONFIAN ZA DE QUE PUEDAS ESQUIAR, ESO SI MUY DESPACIO Y CON EL TIEMPO, PARA QUE PUEDAS DESMOSTRAR A TUS FISIOS QUE LO QUE DECIAS NO ERA CIENCIA FICCION.
    UN FUERTE ABRAZO.
    Manel

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    1. Gracias Manel por tu comentario.Ojalá algún día llegue a ser como dices, aunque el asunto económico purede llegar a ser más limitante que mi parálisis.
      Lo que dices de la muleta tendré que probarlo, que en Collserola tienen de todo y no creo que haya problema en que me dejen intentarlo.
      Un abrazo.
      Santi

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  2. ¡Hola Santi! A mi también me gustaría ir a esquiar, pero no sé con quién iria, porque mi madre está valdada. Yo nunca he estado en Suiza y me gustaría mucho ver ese país, con sus montañas, llenas de nieve. Dicen que es el país más rico de Europa y no me extraña......Hasta luego Santi.

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    1. Gracias Barbi por tu comentario y disculpa que haya tardado tanto en responderte.
      Comprendo que tu madre no esté por lo de ir a esquiar, más si no lo ha hecho nunca.
      Sin embargo sí puede acompañarte al pueblo de esquí y compartir hotel y restaurantes contigo.
      Luego, en pistas puede esperarte en el bar mientras tú esquías.
      Yo he esquiado sólo muchas veces y está bien porque vas a tu aire y nadie tiene que esperarte.
      Tu madre en el bar no tendría por qué aburrirse, ya que podría pasear por la nieve mientras espera que bajes.
      También podrías apuntarte a un cursillo de esquí y así, además de aprender, tendrías compañía en pistas. Podría incluso suceder que te tocara alguna compañera joven y bella con la que entablar relación.
      Comprendo que planear un viaje a Suiza te parezca mucha pasta. Así que, hasta que aprendas, te recomiendo destinos más baratos, como Andorra o el Pirineo catalán.
      No se si puedes conducir, pero, en caso afirmativo, lo mejor es ir con tu propio coche. Sin embargo hay muy buenas ofertas de fines de semana en autocar para destinos próximos.
      Un abrazo.
      Santi

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