sábado, 28 de febrero de 2015

Mar adentro

El aterrador testimonio de una niña chilena (de la edad de mi hija Carolina) suplicando a su presidenta que la alivie "para siempre" del sufrimiento que padece ha vuelto a traernos el conflicto moral del derecho a morir como y cuando a uno le plazca.
Vaya por delante que - al contrario de la casta política de Podemos, cuyas superioridades moral e intelectual les vienen de serie (Santiago González dixit). - yo no soy nadie para dar lecciones de esfuerzo, sufrimiento y sacrificio.
En la película "Mar adentro "de Amenábar se nos cuenta la historia de Ramón S.  que decide poner fin a su vida por su permanente sufrimiento por encontrarse postrado en un lecho desde hace décadas al sufrir una completa tetrapejia. Supondremos en todo momento que los hechos reales sucedieron tal y como Amenábar nos los relata. Por tanto, aceptaremos  que Ramón estaba perfectamente cuidado y querido por los familiares que de él se encargaban. En ningún momento le reprocharon la carga que para ellos significaba atender a Ramón.
También nos enseña la película que los argumentos de Fe sólo son válidos para los creyentes y no sirven para consolar a otros.
En mi experiencia como discapacitado he conocido tetrapléjicos  que lo único que pueden mover es la cabeza y otros que, además, ni siquiera pueden hablar.
Con frecuencia me pregunto hasta qué punto se enteran de lo que sucede a su alrededor aunque los terapeutas me aseguran que se enteran de todo y que cualquier actividad que realicemos con ellos siempre significan un beneficio.
Los lesionados medulares saben que, por mucha terapia que hagan, nunca volverán a caminar y me miran a mí como un bicho raro por el hecho de hacerlo.
La verdad que un proceso de rehabilitación de más de 6 años y sin final a la vista entra en la categoría de coñazo pero tratarlo de sufrimiento y/o sacrificio sería exagerado.
Yo tengo la cabeza todo lo clara que este blog pueda dar a entender y dispongo de una mano completamente operativa que me permite una cierta autonomía.
Sin embargo, no siempre fue así y, como ya comenté, al salir de la UCI del Clínic era absolutamente dependiente.
Incluso al salir de Guttmann sufría una discapacidad del 90% .
La realidad es que, en lo referente a movilidad, las lesiones cerebrales tienen mucho mejor pronóstico que las medulares.
En cuestiones cognitivas, no obstante, la Medicina actual no sabe reparar un cerebro dañado con lo cual no podemos afirmar de forma general que sea preferible una lesión cerebral a una medular.
Respecto a mano y brazo izquierdos, si bien nadie me ha asegurado la imposibilidad de recuperarlos, todos coinciden en la extrema dificultad de que así sea. Lo que sí es indiscutible es que una amputación sería mucho peor.
Pero, como he dicho al principio yo no me voy  a- ni tampoco puedo- poner como ejemplo de superación ante las dificultades que nos presenta la vida.
Es más, ya tengo dicho a Menchu que si me volviera a dar un ictus y esta vez me afectara el lado derecho, que ya no se moleste en llamar a los servicios de emergencias médicas y deje que los acontecimientos sigan su curso.
No es posible ponerse en la situación de la persona que sufre
He aquí una interesante reflexión sobre la eutanasia

3 comentarios:

  1. HOLA SANTI.- MENUDO PROBLEMON HAS COMENTADO HOY.
    YO NO VOY A EXTENDERME POR LAS RAZONES QUE TU CONOCES SOBRE MI ESTADO.
    LO RESUMIRIA EN DOS CASOS, EL CATOLICO Y CREYENTE VERDADERO EN NINGUN CASO PUEDE NI PENSAR EN QUITARSE LA VIDA,YA QUE ESTA DIOS SE LA DIO Y DIOS DEBE QUITARSELA, EN EL SEGUNDO CASO CREO QUE YA ES CUESTION DE CADA UNO Y DEL GRADO, TIEMPO Y PERPECTIVA DE LA ENFERMEDAD PARA HACER LO QUE ESTIME CONVENIENTE..
    ESA ES MI MODESTA OPINION, SOBRE ESTE CASO TAN EXTREMO.
    UN FUERTE ABRAZO.
    Manel

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    1. Gracias Manel por tu comentario. Realmente este tema es muy delicado y puede conducir a muchas susceptibilidades.
      Por razones históricas, los alemanes han eliminado la palabra eutanasia y ahora usan Todeshilfe (ayudar a morir, Tod, muerte, Hilfe, ayuda).
      De todos modos, creencias aparte, no veo posible llegar a comprender completamente el sufrimiento de una persona.
      Yo tengo compañeros de terapia que no están mejor que el protagonista de mar adentro y, sin embargo, siguen adelante.
      No obstante, tampoco podemos banalizar esta cuestión como se ha hecho con el aborto convirtiendo en un derecho lo que no deja de ser un homicidio.
      A veces pienso que si estuviera como alguno de mis compañeros preferiría no vivir aunque probablemente habrá quien piense eso mismo si estuviera como estoy yo.
      Un abrazo.
      Santi

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  2. HOLA SANTI.- DESPUES DEL TEMA TAN PROFUNDO QUE HAS TOCADO, QUIERO RECOMENDARTE OTRO MUY DISTINTO DE MI BLOG, DOS TEMAS MAS ABAJO DEL ACTUAL, TITULADO "EL PRESIDENTE Y LA VIEJECITA"
    YA ME DIRAS QUE TE HA PARECIDO.
    UN ABRAZO
    Manel

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