lunes, 6 de diciembre de 2021

Impacto del daño cerebral en las celebraciones navideñas

El título de esta entrada es el que le propuse a una psicoterapeuta de trace para su tesis doctoral en neurociencias. Aunque supongo que no, no me consta que haya llegado a proponérselo a su director de tesis. El único defecto de este tema es la necesidad de realizar un trabajo estadístico probablemente fuera del alcance de un graduado en psicología. Eso `podría solucionarse si se encargara a un doctorando en Matemáticas la realización de ese apartado del trabajo. Nada habría de extraordinario en esa colaboración interdisciplinaria pues es frecuente en muchos casos que ejercicios ajenos a la competencia central de un trabajo sean realizados por personas que sí son especialistas en tales disciplinas. Por ejemplo, la aplicación informática más utilizada como herramienta de entrenamiento neuronal en los centros de neurorrehabilitación es la tesis doctoral de la psicoterapeuta principal de la UEN (Almudena G.). como neuropsicóloga que es, Almudena no programó ni una línea de código sino que esa parte fue encargada a expertos en programación de aplicaciones web. Lo mismo podría hacerse si una neuropsico(NPS) de trace decidiese realizar un estudio de investigación conforme al título de esta entrada. Suele decirse - y estoy totalmente de acuerdo - que las fiestas de Navidad representan en cierto modo un retorno a nuestra infancia, cada vez más lejana. Es pòr eso, que a medida que nos hacemos mayores, la Navidad la vamos viendo más distante llegando, incluso, a ser fuente de nostalgia por una infancia que se fue y nunca volverá. En muchos casos, hay personas que recuperan la Navidad a través de sus hijos pequeños, reviviendo las fiestas que tiempo atrás celebraban con sus padres. Cuando los hijos crecen, pasan a revivirlas con los nietos, y así hasta que ya no pueden celebrarlas más. Personalmente, yo era de los que gustaba de celebrar al máximo las fiestas de Navidad y me gustaba organizar en casa opíparas cenas en las que atiborrarnos de comida. Sacar en nochebuena la espectacular vajilla y cristalería que nos regalaron en nuestra lista de bodas y que representan la única ocasión del año en que utilizarlas. Aunque no conservo recuerdos directos de ello (aunque sí fotos), cuando vivíamos en Venezuela mi madre cocinaba lo que llamaban el pernil que era una pierna de cerdo que en lugar de curarla en sal para hacer un jamón, se cocía al horno adecuadamente condimentada quedando una jugosa porción de carne decerdo. Calculo que en la actual Venezuela chavista debe de ser misión imposible encontrar una pierna de cerdo entera para cocinar al horno.Las únicas referencias navideñas que puedan ser posible encontrar en el país caribeño deben ser las velas para iluminar las viviendas, ya que la electricidad también se ha convertido en un recurso escaso en el país. Aunque yo no lo recuerde, me consta que otra costumbre que tenía mi padre era la de regar la cena de Nochebuena con vino tinto Marqués de Riscal. (Rioja Alavesa). Supongo que en la actualidad eso debe ser también misión imposible. Curiosamente, fue ese mismo vino el que sirvieron en nuestro banquete de bodas, reserva de 1985. Nada extraordinario, pues nos casamos en 1990. Recientemente, busqué botellas de ese mismo vino pero lo que en 1990 era reserva de 1985 ahora ha pasado a ser gran reserva con lo que el precio queda fuera de la economía de un pensionista. Al pesar varios kilos, el pernil se convertía en un plato principal para varios comensales. Ya en España, mi madre siguió con esa costumbre y aún disfrutamos muchos años de la deliciosa carne de cerdo, eso sí, acompañada de compota o puré de manzana y patatas. Por otro lado, con el tiempo, me aficioné personalmente a preparar langostinos al horno que se cocían en aceite y wisky con apenas sal, ajo y perejil. Debido a que la empresa en que trabajaba, (Bull) nos obsequiaba cada Navidad con un generoso lote de productos navideños, utilizaba la preceptiva botella de wisky para volcarla completa en la bandeja del horno en la que colocaba los langostinos. Los vapores etílicos del wisky inundaban toda la casa creando lo que llamábamos olor de Navidad. Al comenzar mi convivencia con Menchu juntábamos en nuestra casa las dos familias (Menchu y mía) hasta casi una veitena de personas empalmando varias mesas para sentarlos a todos en el comedor. Disponemos para eventos de este tipo de unas cuantas sillas plegables de las que llaman de director de cine que permanecen el resto del año en el trastero que disponemos en el terrado, lugar en el que se guardan también otros objetos de uso infrecuente como el material de esquí y algún accesorio del coche. Otro objeto que permanece todo el año en el trastero es el árbol de Navidad que se me encaprichó al nacer Carolina y representa un suntuoso elemento decorativo ya que alcanza lo 2,40 metros de altura. Al tratarse de un piso de los que se construían antes con techos altos, el árbol cabe perfefctamente. Otra de las costumbres era la tradicional queimada, ya que mi madre era gallega y gustaba de comprar productos de su tierra en alguna de las tiendas especializadas que hay en Barcelona. Para la queimada tenemos una cazuela de barro que va acompañada de tazas también de barro así como de un cucharón para favorecer que se quemara el máximo de alcohol. El ejecutor de la queimada era mi hermano Ignacio y, aunque él conserva el artilugio en su casa y a veces la prepara allí, para las fiestas navideñas ha dejado de ser un evento imprescindible como era. A título de curiosidad, mientras hacía arder el orujo recitaba el correspondiente conxuro para espantar a as meigas que aunque uno no crea en ellas, haberlas, haylas. Siendo Santi pequeño, cuando veía el caldero de la queimada, decía: Con esto mi padrino hace fuego. No creo descubrir la rueda si afirmo que cuando sufres un daño cerebral (dca) que te mantiene largos meses fuera de órbita, las personas que te quieren sufren más que el interesado, quien no se entera de nada de lo que está sucediendo. En mi caso, me consta que quienes más afectados se vieron por mi accidente fueron mi madre y mi suegro. Mi madre ya no llegó a recuperarse nunca y falleció pocos meses después de mi alta hospitalaria . Mi suegro ya no ha vuelto a ser el mismo hasta el punto que ha tenido que ser internado en una residencia socio-sanitaria. Los nenes también sufrieron mucho y me temo que en algún momento del futuro de sus aún cortas vidas resurgirá el trauma sufrido en su infancia en el que cada día, después de visitarme en el hospital regresaban a casa con la duda de si esa sería la última vez que me verían. Se suman a todo ello mis limitaciones físicas que me impiden tomar parte en el montaje del árbol y adornos navideños, así como la antaño gran mesa de nochebuena. Por todo lo arriba escrito es por lo que las celebraciones que antes tanta ilusión me hacían se limitan ahora a unas cuantas comidas y poco más. Como no quiero parecer victimista: "Pobrecito, por culpa del ictus no puede celebrar la Navidad tal y como le gustaba hacerlo", mencionaré el sermón que ha explicado hoy el párroco con motivo del adviento. Y es que resulta que el hombre lleva 38 añós de misiones en Congo y allí es donde celebra la Navidad. Eso sí que son celebraciones austeras. La gente de allí no se preocupa por trivialidades como las que he expuesto yo aquí. Allí celebran seguir vivos un año más. El árbol de Navidad y las luces de adorno son utopías inalcanzables y ya no digamos una pierna de cerdo entera para cocer al horno o una bandeja de langostinos cocidos en wisky con aceite de oliva, ajo y perejil. Quien sufre allí un dca ya no llega a la Navidad para celebrarla.
Nótese el tamaño deñ árbol en los instantes que se ilumina. Este video corresponde a la Nochebuena de 2008. Lejos estaba yo de imaginar en ese momento que seis meses después (junio de 2009) sufrría el accidente que me dejó fuera de órbita y, por tanto, este video sería el último que grabaría de una nochebuena de estas dimensiones.

2 comentarios:

  1. HOLA SANTI YO TAMBIEN CREO QUE LAS NAVIDADES HAN CAMBIADO MUCHO CON LOS TIEMPOS, YO RECUERDO EN NAVIDAD TENER LA CASA PRACTICAMENTE LLENA DE FAMILIARES, COSA QUE ACTUALMENTE NO OCURRE.
    ESTE VACIO NO ES CULPA DE MI ENFERMEDAD NI NADA POR EL ESTILO, SI NO QUE LOS TIEMPOS HAN CAMBIADO NOTABLEMENTE.
    YO CON MI HIJA REPRESENTO UNA FAMILIA MUY CORTA POR LO QUE HABITUALMENTE NOS VAMOS A TERMAS VICTORIA EN CALDAS DONDE VARIOS NOSTALGICOS CELEBRAMOS NUESTRA PARTICULAR Y AFIMERA NAVIDAD CON LO QUE ELLOS NOS PROPONEN.
    ESPERO Y DESEO QUE PASES UNA FELIZ Y AGRADABLE NAVIDAD Y QUE EL AÑO PROXIMO SEA LO MAS AGRADABLE POSIBLE PARA TI.
    UN ABRAZO
    MANEL

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  2. Gracias Manel por tu comentario. Sólo puedo añadir que igualmente para ti y Mercedes.
    Un abrazo.
    Santi

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