Once del once del once
(11.11.11)
(11.11.11)
El viernes de hace dos semanas fue 11 de noviembre de 2011 (11.11.11), número mágico para los aficionados a la numerología.
Fue esa fecha también el día de la O.N.C.E., entidad con la que he tenido contacto profesional por haber intentado – sin éxito – venderles equipos de impresión digital.
También tuve contacto profesional con ellos en mi época de profesor de secundaria, ya que tenía alumnos invidentes.
Y tengo que reconocer que la O.N.C.E se comportaba ejemplarmente con nosotros traduciéndonos a braille y viceversa los libros de texto y exámenes de los alumnos.
Reconozco también la dificultad que representaba para mí como profesor enseñar Matemáticas en una pizarra sabiendo que hay alumnos que no ven lo que escribes.
El fracaso de nuestro negocio de sistemas de impresión digital creo que debo asumirlo como propio pues yo era el comercial que tenía que haberlo llevado al éxito.
Creo que mi fallo fue no haber sabido transmitir a la dirección de mi compañía la importancia de una entidad como la O.N.C.E.
Eso que era la época en que el equipo ciclista del mismo nombre triunfaba en el tour de Francia. Como era francesa la empresa para que yo trabajaba, les llamaban les aveugle.
En mi caso, ese 11 del 11 del 11 tuve la fortuna de poder asistir a una presentación que la DoctoraA. Cerezuelo del Hospital de San Pablo de Barcelona, tuvo a bien enseñarnos a pacientes, cuidadores y familiares. Se trataba de una aplicación de telemedicina destinada al seguimiento de pacientes tratados con botox.
Personalmente, tengo simpatía por este fármaco pues en la Guttmann no lo aplican y te estiran los miembros a fuerza bruta con las lesiones que de ello se derivan (a mí me produjeron una rotura fibrilar en los gemelos y una luxación de hombro)
Hace Unos días publiqué una entrada sobre la aplicación en mí de dicha substancia para el tratamiento de mi espasticidad.
Esa aplicación ha sido desarrollada por ingenieros del departamento de Tecnología Multimedia de la UPC, Universidad donde yo enseñaba pero no eran alumnos míos y forma parte también de la tesis doctoral de la doctora Cerezuelo.
Es importante proclamar que en este innovador proyecto, ni técnicos ni médicos reciben ninguna clase de ayuda económica .Lo hacen por pura vocación.
Así que aprovecho este foro para llamar la atención a las entidades mecenas en el campo de la investigación médica – que constantemente nos bombardean con su propaganda sobre lo que hacen –para que destinen fondos a esta necesaria labor.
En particular, llamo la atención de la marató de TV3 que en su última edición nos machacó con una maratoniana jornada destinada a recaudar fondos para investigar las secuelas por lesiones neurológicas o medulares.
Aquí tienen un ejemplo real al que destinar parte de los fondos recaudados por los generosos donativos de altruistas ciudadanos.
Personalmente, me comprometo a hacer público en este blog cualquier apoyo material que reciba este proyecto.
Los pacientes colaboraremos con nuestro tiempo y en nuestro propio beneficio.Los médicos ya están aportando su saber y los técnicos ya han desarrollado una primera versión del aplicativo.
No podemos perder de vista que técnicos y sanitarios son personas con necesidades materiales y no podemos esperar que sigan adelante de forma indefinida sólo por vocación.
Los más beneficiados seremos los pacientes, que nos veremos mejor atendidos por un sistema público de salud que sufre constantes recortes presupuestarios, pues pasaremos a tener un seguimiento permanente de la evolución de nuestra convalecencia.
Eso también implica una mayor carga de trabajo para nuestros médicos que dispondrán de mayor información sobre nosotros que tendrán que digerir.
Enseñé a Menchu el aplicativo y- como experta en monitorización de ensayos clínicos que es – lo primero que me dijo fue: Eso se podría aplicar al seguimiento de cualquier fármaco, no sólo el botox, sino cualquier otro.
Y no sólo una gran institución, como el Hospital de San Pablo, sino cualquier pequeño consultorio médico.
Rápidamente se despertó en mí mi lado comercial y comencé a pensar en vender el uso de este aplicativo.
Supongo que el trabajo de estos jóvenes ingenieros dará lugar a la creación de una empresa, eso que llaman pomposamente una spin-off de lo que en la UPC ya están acostumbrados y hasta tienen un departamento dedicado a su promoción.
El otro día en mi entrada hablaba yo en términos muy pesimistas de la crisis económica en la que nos encontramos.
Aquí tenemos un ejemplo de creación de riqueza basada en el conocimiento que no podemos permitir que languidezca por falta de apoyo.
Sólo es necesario que quien tenga la capacidad financiera para invertir lo haga y quien tiene la capacidad organizativa para gestionar una empresa, se ponga manos a la obra.
En ocasiones así, sí que lamento mi situación de invalidez pues ganas no me faltan para tirar adelante este proyecto, no ya como paciente, sino como empresario.
Convencido estoy que alguno de los alumnos de Ingeniería de Telecomunicaciones que tenía también se apuntaría al proyecto.
Por cierto, si alguno lee estas líneas, que cuente conmigo para apoyarlo en un proyecto empresarial como éste.
Yo, a mis alumnos siempre les decía que tenía que formar buenos ingenieros para que montaran empresas y con su trabajo me pudieran pagar la pensión de jubilación.
Ahora no cobro pensión de jubilación pero sí de invalidez y necesito que el sistema continúe funcionando para poder vivir y poder continuar con mis terapias de rehabilitación.
No lo puse en la mencionada entrada pero sí en un comentario de respuesta a otro comentario.
Hemos llamado “milagro español” al intercambio permanente de viviendas a precios cada vez más altos.
Pero para poder vender viviendas, primero hay que construirlas y eso ha generado puestos de trabajo.
Pero hemos hecho como el avaro de El Principito que se sentía rico por “poseer” estrellas.
Nosotros nos hemos dedicado a intercambiarnos títulos de propiedad de viviendas como podríamos haber intercambiado títulos de propiedad de estrellas.
Eso habría creado puestos de trabajo para astrónomos pero no para la industria y los jubilados europeos sí compran viviendas en España pero no habrían venido a comprar estrellas.
Otra forma de milagro español con probables idénticos resultados a los que hemos tenido habría sido la construcción de pirámides para enterrar a los próximos dictadores.
Miedo me da que este proyecto basado en el conocimiento no tire para adelante por falta de apoyo material.
Página de bienvenida de la aplicación de telemedicina
La llamada economía del conocimiento se ha quedado en “¿conoces a alguien en el gobierno que me pueda recalificar unos terrenos?”
HOLA SANTI.- NO CREO QUE EN TUS BUENOS TIEMPOS FRACASARAS EN NADA, LO QUE QUIZA OCURRIO FUE LO QUE DICES, QUE NO SE LE DIO LA IMPORTANCIA DEBIDA A LA ONCE.
ResponderEliminarSUPONGO LA IMPORTANCIA -QUE LA TIENE- QUE LE DAS A TU EPOCA DE PROFESOR, QUIZA ALGUN DIA PUEDAS VOLVER HACERLO, AUNQUE SEA EN SILLA DE RUEDAS.
ME LLAMO MUCHO LA ATENCION LO QUE DICES DE LA ECONOMIA DEL CONOCIMIENTO, ES UNA PENA QUE NO TENGAMOS UN TERRENO Y ALGUIEN QUE NOS LO RECALIFIQUE.
YA ME DIRAS COMO VA EL ASUNTO DE TU SILLA ELECTRICA.
RECIBE UN FUERTE ABRAZO.
Gracias Manel por tu comentario. Ciertamente, sucedió que mi dirección general no se implicó en aquel proyecto como debería haber sido.
ResponderEliminarEn cuanto a mi silla eléctrica, estoy en fase de prospección de mercado para tratar de conseguir lo máximo por lo mínimo.
Un abrazo.
Santi