MI VIDA SÍ MERECE LLAMARSE VIDA
Con el elocuente título de” Una vida que merezca ser llamada vida” ) apareció anteayer en El País un artículo de Rosa Montero que me dio que pensar. Comentaba la discriminación que sufrimos quienes nos vemos obligados a desplazarnos en silla de ruedas.
Intenté añadir algún comentario positivo al respecto y hasta me registré dando mis datos para poder hacerlo.
No obstante, se nota que su laberíntica Web no se la vendí yo y, quien quiera que se la haya vendido, no sabía gran cosa de lo que se llama “usabilidad”.
De modo que no me fue posible realizar ningún comentario y tampoco daban indicaciones sobre cómo darme de baja del registro.
Fue una sorpresa, porque tiempo atrás sí había conseguido publicar comentarios en la Web de El País.
Lamentablemente, la cuenta de correo que utilizaba entonces tuve que darla de baja porque debió aparecer publicada en algún sitio y estaba permanentemente saturada de basura, así que tuve que registrarme con otra cuenta.
Cuando te registras en algún sitio, lo normal es que te llegue un mensaje de confirmación para validar el registro.
A día de hoy, ese mensaje aún no me ha llegado.
Creo que encontrado un potencial cliente para nosotros que, además, será una buena referencia.
Si tú y tu equipo hubierais implantado nuestro gestor de contenidos como Web de El País, no pasarían esas cosas.
Así que, dándome por aludido, me veo en la necesidad de escribir en mi blog lo que no pude manifestar allí.
En esencia, lo que quería expresar y no pude es lo siguiente:
Nunca me he sentido discriminado por ir en silla de ruedas. Más bien al contrario, todo el mundo se ofrece a ayudarme o a ayudar a la persona que me acompaña.
Incluso en la cena de físicos de la que hablaba el otro día una compañera de corta estatura (Carme H.) se alegraba de poder mirarme a la cara sin necesidad de mirar hacia arriba y/o ponerse de puntillas.
Sí he notado un desvío de mirada para no verme en algunas personas, básicamente niños, a quienes debe impresionar el ver alguien en silla de ruedas y mis múltiples deformidades craneales fruto de las intervenciones quirúrgicas a las que fue sometida mi cabeza.
Ya comenté hace unos días en este blog que estaba contento de vivir por las cosas positivas de las que sigo disfrutando.
También me anima el ver compañeros de terapia que – por mucho menos que lo a mí sucedido –se encuentran en un estado mucho más lamentable que el mío. Creo que fue Sócrates quien dijo: Fíjate en aquellos que están peor que tú. y por lo que me han contado tuve muchos números de quedarme como una plantita sin capacidad de comunicarme, menos aún de moverme.
A veces Jacobo (mi hidroterapeuta) me recuerda que me dijeron que nunca volvería a caminar. Y caminar es algo que veo cada día más cercano.
Lo que sí que no acepto del mencionado artículo de Rosa Montero es que se nos califique de héroes.
También alguna vez algún seguidor de este blog me ha dicho que soy un ejemplo de lucha para todos.
Para nada lo siento así.
Sí pretendo ser ejemplo para los comestibles que mucho han sufrido viendo a su padre – otrora superman- incapaz de hacer muchas cosas que antes realizaba con naturalidad, como sentarme en el suelo a jugar con ellos.
Recuerdo el día que Santi alucinaba de ver que el papá de Victoria (Thomas, un gigante teutón de casi dos metros) era más grande que yo.
Thomas trataba de justificarse como si le supiera mal el hecho y – como buen alemán- le decía: Es que yo soy alemán y he bebido mucha cerveza.
También son ellos el principal motivo para intentar mejorar
Cierto que no veo posible llegar a mover el brazo izquierdo, pero ya me habían advertido que eso era lo más difícil y, siendo diestro, tampoco es una limitación importante.
Montañismo o esquí sí son cosas que descarto por mucho tiempo.
Personalmente, nunca me he sentido discriminado por ir en silla de ruedas
HOLA SANTI.- ESTOY MUY DE ACUERDO CONTIGO, QUE NO SOIS -LOS QUE VAIS CON SILLA DE RUEDAS- NI HEROES
ResponderEliminarNI NADA POR EN ESTILO, SINO PERSONAS CON ALGUNA DEFICIENCIA, PERO PERSONAS AL FIN AL CABO, PUES MUCHOS QUISIERAN SABER LO QUE TU SABES. HAY QUE VIVIR, SI SEÑOR.
BUENO COMPAÑERO, TE DEJO QUE YA CASI ME TENGO QUE IR AL HOSPITAL.
UN FORTISIMO ABRAZO.
Apreciado Manel, muchas gracias por tu comentario. Estate tranquilo respecto a tu operación que- wen es Gott will- todo irá bien. Lamentablemente, Menchu no cuenta entre sus amistades al Dr. Barba del Hospital del Sagrado Corazón.
ResponderEliminarEn cualquier caso, haré lo posible por ir a verte al hospital., si no te molesta, pues tal vez no te apetezca recibir visitas estando fastidiado.
Esperaba que escribieras una entrada sobre el debate como ha hecho nuestro común amigo JMBA.
Yo sí lo he hecho pero aún no la he publicado.
Va en la línea de: Da igual quien gane porque esto no tiene remedio.
Un abrazo y
Bon courage!(como dicen los franceses).
Santi