martes, 3 de junio de 2014

Nuevo compañero pensionista

La noticia de ayer fue la abdicación del Rey. Bienvenido al club de los pensionistas.
La primera persona que me lo dijo le respondí si se estaba quedando conmigo. Cuando me lo dijo una segunda persona, entendí que iba en serio.
Luego no pude evitar pensar en que el Rey Juan Carlos y yo coincidimos en el hospital Clínic de Barcelona en septiembre de 2009, aunque, obviamente no llegamos a vernos y los motivos de nuestras hospitalizaciones  respectivas nada tuvieron que ver. Personalmente, no me enteré de su presencia hasta que ya no estuve allí , pero las personas que venían a visitarme sí se encontraban con la parafernalia de seguridad y mediática  que se había montado.
En los últimos tiempos, el Rey y su entorno familiar han sido fuente de escándalos sociales  que han ensombrecido su figura. Estos escándalos han llevado a mucha gente a plantearse la necesidad de la Monarquía.
En mi opinión, el mejor momento de su reinado fue el 23 de febrero de 1981 cuando apareció por la tele con uniforme de Capitán General  para tranquilizarnos a todos los españoles de que la situación estaba bajo control.

Yo creo que, puesto que debe haber una jefatura del Estado, es irrelevante si se trata de un Rey o no.
Con frecuencia se critica la suntuosidad de la familia real.
No obstante, en algunas circunstancias, la corte que va siguiendo al Rey genera riqueza en los lugares por donde pasa la familia real (verbi gratia Mallorca o Baqueira Beret) .
 Yo no creo que la mayoría de españoles sean monárquicos, más bien al contrario. Sin embargo, sí creo que los españoles son Juancarlistas.
Después de todo, a pesar de los escándalos de la familia Real, los escándalos de la casta política no son menores.
Una de las críticas a la institución monárquica es su carácter hereditario.
De todos modos,en mi opinión,o en unas elecciones a Jefe del Estado, el ciudadano Juan Carlos de Borbón las ganaría de calle.
Ya no stoy tan seguro respecto del ciudadano Felipe de Borbón y Grecia.
En una situación de extrema gravedad  como la actual crisis económica, la solución no va a venir de un cambio de régimen político sino de un cambio de modelo productivo.
Irán es una República a la que no querremos parecernos
Una economía basada en amontonar ladrillos y servir tapas y copas a los guiris se ha visto que ya no da más de sí.





Suecia es una Monarquía a la que sí nos gustaría imitar

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