lunes, 30 de mayo de 2016

La muerte nunca es guay


Si fuera profesional de la sanidad mi familiaridad con la muerte sería mucho mayor.
No obstante, mis últimos años he estado en contacto frecuente con centros sanitarios por lo que
he llegado a tener cierta familiaridad.
Por lo que me han contado, la muerte me pasó rozando pero en ningún momento llegué a ser consciente de ello.
Alcancé el uso de razón política en la época de nuestra historia llamada la transición democrática.
En aquel tiempo salíamos de una dictadura y  todo lo que sonaba a orden o  autoridad resultaba intrínsecamente malvado y un retorno a la autarquía.
Así que lo guay era ser ácrata y/o anarquista por lo que todos lo éramos.
"Arroja la bomba/que escupa metrallaabajo el gobierno/abajo el poder
Nunca destaqué por mi arrojo y valentía por lo que en las manifestaciones me limitaba a gritar contra los antidisturbios  consignas como ETA mátalos o ETA, ETA, ETA,  más metralletas.
Todavía quedaba lejos el atentado de Hipercor y aún veíamos al crimen organizado como un movimiento libertario.
.Había un sindicato autodefinido como anarco-sindicalista que se consideraba heredero del mismo de la primera mitad del siglo XX. Me refiero, obviamente,  a la CNT.
Este sindicato decidió suicidarse con un atentado absurdo en el restaurante SCALA de Barcelona.
En aquel atentado murieron, no sólo cuatro trabajadores del restaurante, sino todo lo que tenía que ver en España con el anarco-sindicalismo, incluyendo a la propia CNT que no dudó en culpar a la policía de alentar el atentado e, incluso, a las víctimas de su propia muerte.
Gott sei Dank, ese día yo no estaba allí.
Casi medio siglo después de desaparecido el dictador, lo guay resulta lo anti-todo, ahora soportado por la fuerza de los sufragios. El voto guay ha entregado el bastón de mando de los dos ayuntamientos más importantes de España a fuerzas políticas que se atreven a no condenar, e incluso a ensalzar a colaboradores necesarios del crimen organizado.
En el caso de Barcelona la alcaldesa ha alcanzado el dudoso honor de transformar el otrora bohemio barrio de Gracia en territorio comanche, sin ley y a disposición de que cada cual haga lo que le de la gana.En  el caso de Madrid, quedó matemáticamente clara la satisfacción de los madrileños con su consistorio soportado por el PSOE el pasado 20D dejando a este histórico partido en último lugar . No pudo quedar peor porque no habían más partidos. Si se hubiera presentado ERC por Madrid, habrían quedado por encima del PSOE.
Pero es guay y cualquiera que no le guste es un facha al servicio de los ricos y poderosos.
También hemos visto cómo el Parlament de Catalunya recibía con alfombra roja a un colaborador necesario del crimen organizado del País Vasco como si eso fuera a legitimar el procés secesionista.
Asimismo, los chicos de PUdImos invitaron al mismo energúmeno a tener voz en el Europarlamento.
Es cierto que en la hoja de ruta de los separatas no figura la limpieza étnica pero esa tarea ya ha sido llevada a cabo en el País Vasco provocando cientos de miles de desplazados  además de un millar de muertos.
Tampoco en el programa electoral de PUdImos dice nada sobre gulags ni campos de exterminio   pero a nadie sorprenderá cuando los hagan. Tampoco en el programa electoral del PP figuraba la amnistía fiscal a sus amigos y ninguno de sus votantes protestó por ello.
Gritar consignas libertarias formó parte de nuestra adolescencia y, a alguno, hasta le sirvió para ligar

2 comentarios:

  1. HOLA SANTI, EMPEZANDO POR EL FINAL TE DIRE QUE NO HABIA OIDO EL IMNO LIBERTARIO NI EN LA GUERRA CIVIL.
    YO NO ME DABA CUENTA DE NADA PERO ESTUVE MUY CERCA DE IRME AL OTRO BARRIO, HACE UNOS 35 AÑOS.
    TAMCOPO ME HA GUSTADO A MI EL BOCIFERAR, NI ASISTIR A REUNIONES NI MARCHAS, DE NINGUN COLOR.
    ANIMO SANTI QUE EN TUS ULTIMOS ESCRITOS TE NOTO ALGO PESIMISTA ¿ O ES MI IMPRESION ?
    UN ABRAZOManel

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  2. Gracias Manel por tu comentario. Aunque pueda parecer lo contrario, nunca tomé parte muy activa en manifestaciones y protestas. La prueba de que lo miraba de lejos es que la policía nunca llegó a zurrarme y las pelotas de goma, aunque llegué a oirlas, nunca llegué a verlas.
    En cuanto a mi pesimismo, creo que se debe a la incertidumbre por la situación política. Si fuera joven y sano no tendría miedo del futuro pero en mis actuales circunstancias y con hijos en edad de crecer me dan miedo esas aventuras políticas que mucha gente apoya. Cuando lleguen los lamentos por vivir en un campo de concentración, ya no podremos hacer nada más que asumir el error de haber apoyado a unos delincuentes.
    Un abrazo.
    Santi

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