sábado, 4 de junio de 2016

Sn esfuerzo no hay progreso


No soy nadie para dar lecciones de esfuerzo, trabajo y sacrificio. Todo lo contrario. Soy la persona más perezosa que he conocido en mi vida. Toda mi vida ha sido una lucha permanente contra mi propia pereza.
Solamente en tres ocasiones de mi vida le he echado ganas para sacar adelante algún tema personal.
La primera vez fue cuando decidí que debía aprender a esquiar como fuera. Tenía entonces unos 25 años. Como no recibí ni un minuto de clase de esquí por parte de ningún monitor, tuve que reinventar yo sólo la técnica con el esperable resultado de no llegar nunca a aprender bien.
Subía a lo más alto que me llevaban los remontes y desde allí comenzaba a descender como podía cayéndome el mínimo número de veces posible.
La segunda vez en mi vida que le eché ganas fue con mi Tesis doctoral, apremiado también por mis directores de Tesis:Los doctores Català y Cubarsi.
Después de muchos años de trabajo, comprendí que tenía que ponerme en serio a resolver lo que tenía entre manos y así llegué a terminarla. Aún así me llevó 15 años  el trabajo completo.
Sin embargo, las pesadillas que sufría por no terminar, me enseñaron que debía terminarla a toda costa.
La tercera vez de mi vida que le he echado ganas es ahora, para tratar de salir del pozo en el que me metió el accidente.
Constantemente, mis terapeutas mr vienen repitiendo que sin esfuerzo no hay progreso y hasta hacen el razonamiento inverso. Si progreso es porque me he esforzado
Tengo que reconocer que he recibidfo mucha ayuda por parte de las personas que me quieren y por los profesionales que me han ayudado desde el principio.
Además de los neurocirujanos que intervinieron quirúrgicamente en mi masa encefálica ( Doctores Poblete, topschevsky y Cordero) y auxiliares sanitarios (No puedo recordarlos todos), también fisioterapeutas (verbi gratia, ÇJordi del Clínic) y muchos otros de Guttman y de la UEN.
No puedo dejar de mencionar a las asistentes personales (AP´s) que he tenido
No obstante, supongo que alguna cosa habré hecho bien  y algún mérito también será mío y , de hecho he elegido ese título para la entrada porque es lo que me dicen constantemente mis terapeutas. Que para mejorar es imperativo trabajar y esforzarse.
Como estamos en época de campaña electoral, no puedo evitar que venga a mi pensamiento la siguiente reflexión:
Así como la llamada izquierda política se arroga la exclusividad por la sensibilidad social y la defensa de los más débiles, la derecha se arroga la exclusividad del esfuerzo y del trabajo.
De ese modo, derecha e izquierda se cubren con una capa de superioridad moral. Lo unos por ser los únicos  solidarios y los otros por ser los únicos que trabajan.
Como la Naturaleza no entiende de justicia social y la segunda ley de Newton es inviolable, el Mundo va hacia donde se le empuja con más fuerza.
De ahí que las tesis de la derecha acostumbren a ser más efectivas que las de la izquierda.
Para la derecha cada cual tiene lo que se procura y los pobres lo son porque no hacen nada para evitarlo. Para la izquierda , los pobres lo son porque los fuertes se aprovechan de su debilidad.
Para la derecha, yo sufrí el accidente por no cuidar suficientemente mi salud y ni practicar suficiente deporte así como no llevar una dieta equilibrada. Para la izquierda, en cambio, la causa de mi accidente fue la presión a la que me sometieron empresarios sin escrúpulos y una sociedad de consumo que me obligaba a adquirir bienes que no necesitaba.
Lo mismo pasa con la rehabilitación. Para la derecha, todo lo que he conseguido es gracias a mi esfuerzo y sacrificio.
Para la izquierda, nada habría conseguido yo si no tuviera unas especiales condiciones naturales y si no pudiera pagar los excepcionales terapeutas que de mí se ocupan. Terapeutas, que por cierto pago gracias al sistema público de pensiones. Eso sí es verdad.
Poco me parece que se sostiene esto último pues supongo que Michael Schumacher pagaría los neurorehabilitadores más caros del Mundo y su recuperación no parece que haya sido extraordinaria.
No estoy insinuando que yo me haya esforzado más que él, Por supuesto que no. La razón probablemente radique en que su punto de partida era mucho peor que el mío, pues mi accidente fue vascular y el suyo traumático.
No tengo ninguna duda que ; siendo deportista profesional, Schumacher habrá puesto todo su empeño en recuperarse




2 comentarios:

  1. HOLA SANTI, ES UNA GRAN VERDAD LO QUE DICEN LOS FISIOTERAPEUTAS,
    SIN ESFUERZO NI HAY PROGRESO.
    AUNQUE TAMBIEN ES CIERTO QUE, EN ALGUNOS CASOS, APESAR DEL ESFUERZO TAMPOCO HAY PROGRESO.
    un abrazo
    mANEL

    ResponderEliminar
  2. Lamentablemente, me parece que tienes razón. Luego está los que están tan p´allá que no se enteran de nada y ni siquiera tienen capacidad de decidir esforzarse.
    Un abrazo.
    Santi

    ResponderEliminar

Comentarios y entradas