Corría
por la Guttmann un juego de palabras
sobre esta ciudad que nunca tuve oportunidad de conocer.
Consistía
en:
-¿Cómo
debemos llamar a la capital de USA New York o Nueva York?
-
Respuesta: A la capital de USA yo la
llamaría Washington.
Pero hoy
no vengo a hablar ni del chiste ni de la ciudad, sino, como siempre, de mí y
mis circunstancias.
En mi
empeño por ser cada día más independiente, llegadas estas vacaciones de Semana
Santa, Menchu y los comestibles se han ido para allí.
He de
confesar que me habría gustado poder ir. No sólo por disfrutar de la familia en
momentos de asueto sino también porque se trata del único lugar de los USA que
me atrae. No soy antiamericano como podría parecer pero sí es verdad que me
siento saturado de información procedente de ese país.
De allí,
conocer, sólo conozco Miami y una vez hice escala en Los Angeles pero no tuve
tiempo de visitar nada
Sin
embargo, debo ser realista. Además del coste económico que representa un cuarto
pasajero, creo que una ciudad como Nueva York debe visitarse caminando y,
aunque camino, mi velocidad de desplazamiento y mi capacidad de resistencia
acabarían siendo un lastre para los demás.
En
Barcelona, cuando me canso de caminar, paramos un taxi y asunto concluido, pero
eso mismo en Nueva York no parece tan fácil.
Como
ciudad moderna que es, intuyo que está muy bien adaptada para discapacitados
pero tampoco veo cómo llevar mi
farolítica silla autopropulsada de color rojo Ferrari (120 Kg ) y la manual obliga a
Menchu a arrastrarme por toda la ciudad ya que yo no puedo empujar con una sola
mano, cosa que ya sucedió en Sendaviva cuando mi caminar era excesivamente
lento.
Así que
nos hemos decidido por la opción más sensata: Yo me quedo aquí con mi AP y ellos a conocer mundo que bastante hipotecada tienen su vida por mi causa.
Esto
también me enseña la imperativa necesidad de ganar forma física para que la
próxima vez sea diferente.
Realmente,
me alegro mucho que puedan hacer esta escapada. Mi vida sólo tiene sentido por
ellos así que, si ellos son felices, yo también lo soy.
Algo que
sí echo de menos de mi anterior etapa vital es la fotografía. Cuando
íbamos a cualquier sitio, yo sufría síndrome japonés tomando fotos de todo.
Pero como purista que era de esa afición, sólo usaba cámaras totalmente
manuales: Enfoque, encuadre, diafragma, velocidad, sensibilidad de la película,
selección de objetivo, etc. Eso se ha convertido actualmente en un problema
pues, con una sola mano no puedo controlarlo todo a la vez. Supongo que
debería pasarme de una vez a la fotografía digital y comprarme una cámara
auto-todo y olvidarme de la parte romántica del hobby.
Sin
embargo, ahí sí que pesa el factor económico pues un equipo de esas
características vale una pasta (supongo). Creo que ahora las cámaras incluso
llevan GPS para no tener que recordar dónde se tomaron. Respecto a estas
cuestiones, mi excompañero de trabajo y buen amigo Bigas (seguidor de este blog
y yo del suyo) tiene unos cuantos artículos en su blog con muy buenos consejos
Nunca
tuve afición por el vídeo aunque sí realicé algunos con el teléfono en la época
futbolera de la Ricola
Mecánica y de excursiones familiares que luego colgaba en
youtube
Una vez
reveladas las fotos, me entretenía unos días seleccionando y documentando los
positivos colocándolos en un álbum.
Para
colgarlas en la red, me veía obligado a digitalizar las imágenes con un escáner
Es así
como con los años he conseguido un documento gráfico que contiene nuestros casi 25 años de matrimonio
además de la primera infancia de los comestibles.
Esto
último tiene un problema y es que, cuando repasamos tales fotos, a Carolina le
entra nostalgia y se pone a llorar: “Yo no quiero crecer”, “Yo quería seguir
siendo un bebé”
Esta canción y su intérprete no creo que necesiten presentación
Esta canción y su intérprete no creo que necesiten presentación
Menchu en el mercado flotante de Bang-kok durante nuestra Luna de Miel(Octubre de 1990). Lejos queda la época en que me podía tomar el tiempo que quisiera para capturar una foto |
¡Hola Santi! Me alegra mucho que puedas viajar, porque hay que conocer mundo, eso te hace más culto. Yo no he estado nunca en Nueva York, pero es una ciudad que me gustaría conocer; con todos esos rascacielos, debe ser impresionante verlo y sobre todo filmarlo o fotografiarlo, para que no se te olvide nunca. ¡Hasta luego Santi!
ResponderEliminarGracias Barbi por tu comentario pero veo que no me he explicado bien. Estoy de acuerdo contigo sobre lo positivo de viajar pero en este caso, quienes se han ido de viaje son la familia. Yo me he quedado en casa.
EliminarLa buena noticia es que tal situación ha sido posible gracias a que mi mejoría me permite quedarme sólo y que ellos pueden disfrutar de un viaje sin necesidad de preocuparse por mí.
Hace un par de años esta situación era inimaginable porque yo era tan dependiente que no podían irse a ningún lado y dejarme en casa, así que tenían su vida completamente hipotecada por mi culpa.
De todos modos tampoco estaba completamente sólo porque mi asistente me cubría las necesidades básicas. La situación de poder prescindir de mi asistente ya es ciencia ficción.
Un abrazo.
Santi.