Hasta que el alta nos ampare

Como cada 13 de septiembre, aprovecho estas páginas para recordar que hoy es nuestro aniversario de boda. Este año 26, como me recuerda facebook. Por eso me ha venido a la cabeza el título de esta entrada.
Comentaba hace unas semanas la imposibilidad de interrumpir el proceso de rehabilitación por mucho que fueran vacaciones.
Sin embargo, Unas semanas después, me sometieron a una intervención de tendotomía para estirarme el talón de Aquiles y pudiera rotar mejor el pie izquierdo.
Si bien me quitaron la escayola el 24 septiembre, todavía no me han dado el alta hospitalaria de esta intervención, cosa que espero para el próximo jueves 20 de octubre.Es precisamente este tiempo de inactividad lo que he aprovechado para pasearme por las redes sociales y autoproclamarme comunity Manager de la empresa de investigación clínica creada por Menchu (AOR)
Es por eso que, aunque no  de mala gana, me he visto obligado a interrumpir la rehabilitación varias semanas.
El alta neurológica por parte del Doctor J.Poblete ya la recibí hace casi un año pero no la del Dr. Chamorro quien la última vez que me visitó ( septiembre 2015) me dijo que ya estaba haciendo lo que tocaba para recuperarme y, aunque consideró que mi optimismo era más bien una manifestación de síndrome de Estocolmo, también le pareció que iba por buen camino.
Como ya comenté, el alta en Guttmann  era el eufemismo para decirte: Lárgate de aquí que nos estropeas las estadísticas de recuperación.
Afortunadamente, tanto a nivel de fisio como de neuropsico, en la UEN me pusieron abundantes deberes para los meses de vacaciones, de modo que tampoco he estado parado.
Como los nenes comestibles sí han hecho vacaciones, he ido escaso de deberes infantiles a los que ayudarles.

En una de las actividades de trace del año pasado, desarrollé este video de celebración de nuestras bodas de plata