El miedo nos mantiene vivos

Después de un largo período de tiempo postrado en silla de ruedas o eb una cama, es normal sentir miedo a caerte cuando los terapeutas te hacen poner en pie.
Cuando veo a los yayitos de la UEN asustados porque les hacen caminar ( Ay! que cauré!),
acostumbro a acercarme a ellos caminando y animarlos diciéndoles: Yo empecé igual y me pongo a la pata coja para que vean que ellos también podrán hacerlo.
A poco de salir de Guttmann tuve ganas de suicidarme porque veía el daño que mi situación causaba a mi familia . Incluso llegué a pedir a Menchu que, como médico me recetase algún fármaco cuya intoxicación me hiciera dormir para siempre y así ellos se liberaran de mí.
Obviamente, se negó aunque no fue por miedo sino por Amor.
En esas circunstancias, la única manera de seguir adelante con tal plan era una solución expeditiva para la que se necesita un valor que nunca he tenido.
En Collserola conocí una yayita (la Señora Antonia) que estaba internada por haberse tirado desde un piso no muy alto a causa de un ataque de nervios por la pérdida de nieto de 11 años.
Me explicaba doña Antonia que lo de tirarse por la ventana no era una buena idea, que lo más efectivo era echarse a las vías del tren,Tengo entendido que eso sucede con mucha mayor frecuencia de la que creemos pero no se habla en los medios por temor al efecto llamada.
Tengo compañeros de terapia caídos (o lanzados)  desde pisos muy altos y sólo se han quedado parapléjicos
Algunas personas que me quieren y son algo mayores y mucho más sabias que yo me han advertido de que debería tener cuidado con lo que aquí escribo ya que no sería raro que un patriota constructor de la nació catalana viniera a por mí por las continuas blasfemias que aquí vierto contra la Madre Patria, Cierto que de vivir en el País Vasco me andaría con más cuidado, lo cual ya es un indicativo de que aquí no estamos tan mal como allí.
Digo esto por ser hoy el día de conmemoración de la campaña final de una de las muchas guerras civiles españolas.
Día sagrado para los separatas catalanes, el gobierno regional reparte prebendas materiales a cuantos se significan a favor de la causa.
Como ya comenté otros años, de participar en la subvencionada manifestación orgánica sería para manifestar mi desacuerdo. Me presentaría en el lugar indicado con una bandera de España, en el supuesto de que la tuviera y proferiría gritos a favor de la Constitución española que nos proporciona un Estado Social y de Derecho.
Pero no iré por miedo.
No sólo porque no tengo una bandera de España y por miedo a recibir una bofetada- que también- sino porque lo que de verdad me da miedo es que algún patriota desmadrado venga algún día a mi casa y, no encontrándome a mí por hallarme en terapia de rehabilitación, se llevase a algún miembro de mi familia.
Cierto que todavía estamos lejos de la limpieza étnica llevada a cabo durante las últimas décadas en Vascongadas y que ha provocado cientos de miles de desplazados pero creo que vamos en esa dirección y llegará el día que nos lamentemos por haberlo visto venir y no haber hecho nada por evitarlo.

A nadie deberá extrañar un genocidio en una Catalunya Independent