Inauguran el nuevo centro comercial de Las Arenas

El viernes inauguraron el nuevo centro comercial  de Las Arenas.

Nunca me ha interesado la fiesta de los toros, menos aún, los centros comerciales. Pero tengo amigos aficionados a la fiesta de los toros así que respeto que haya personas a quien les gusten los toros. También a mi esposa Menchu y a mi hija Carolina (las chicas, como dice Santi) les gustan los centros comerciales, así que, aunque a mí me repateen tampoco tengo nada que decir contra los centros comerciales. Lo que me disgusta de estos lugares es – entre otras cosas- la masificación y que por dentro son clónicos unos de otros. Siempre las mismas tiendas franquiciadas con los mismos productos que yo no necesito para nada. Un centro comercial es – sobretodo- una exposición de cosas que no necesito abarrotado de personas que no conozco y que, en la mayoría de los casos, tampoco tengo interés en conocer. Será por eso que los centros comerciales no me dicen nada. Éste de las Arenas, no obstante, sí tiene un cierto interés para mí, y lo tiene por dos motivos: Está al lado de mi casa y , al tenerlo al lado de casa, he ido viendo de cerca todo el proceso de su construcción. El viernes, al ir camino de T.R.A.C.E. ya se intuía la aglomeración humana que iba a producirse por la tarde. Hoy sábado, las chicas han ido un rato al centro y han comprado alguna cosilla. Yo me he quedado en casa con Santi jugando a la pelota y, menos mal que no he ido porque parece ser que había colas para todo, inclusive para tomar el ascensor. Cuando pase la euforia inicial de estos días iré al sitio este para poder criticarlo con conocimiento de causa y poder afirmar lo que, de momento, sólo supongo pero no puedo afirmar: Que es igual que todos y que está agobiante de público.Ayer, 9 de abril fui a uno de los multicines del centro y tuve ocasión de verificar lo que ya suponía: El centro estaba abarrotado (el cine no) y los accesos pésimamente organizados. Afortunadamente, había vigilantes en los ascensores para dar prioridad a quienes íbamos en silla de ruedas. Menos mal que llegamos con mucho tiempo de adelanto. Si no, habríamos llegado tarde a la película. Dentro de la sala preferí sentarme en mi butaca pues en la silla ya llevaba todo el día sentado. La película estuvo bien: La Legión del Águila y  estaba con mis hermanos Manuel e Ignacio y mi sobrino Ignasi. Eché de menos a Menchu y a los comestibles pero de ahí fuimos "caminando" a casa y llegamos en un momento. Ya había bastantes cines por esta zona de la ciudad pero unas cuantas salas más son bienvenidas. Lástima que las películas actuales sean bastante mejorables. Quienes me conocen saben que hace más de 20 años yo decía : "El cine ha muerto". Ahora ya no tengo ninguna duda de que es así. Pero al menos tenemos más salas para verificarlo. Me habría gustado subir al mirador de Las Arenas pero eso sí era inaccesible por la cantidad de público. Además, iba sufriendo porque con los pedales de la silla puedes hacer mucho daño en los tobillos de la gente si los golpeas y con tanta gente es fácil que eso se produzca.