martes, 12 de agosto de 2014

Pisos turísticos

En un modelo económico como el español  basado en la simple especulación sin creación de riqueza de ningún tipo es necesario ir inventando fórmulas para crear nuevas burbujas especulativas y evitar que se desinflen las que ya están en curso.
Por ejemplo, cuando se vio que la burbuja inmobiliaria ya no daba más de sí, se inventó un tal ministerio de la vivienda cuya misión nunca llegó a ser declarada.
Todo cuanto se le ocurrió a la ministra del ramo fue que se construyeran micropisos
que podían asegurar  que el precio del metro cuadrado de vivienda no dejara de subir.

No me consta que se llegara a construir un solo micropiso de aquellos, por lo que deduzco que, o bien alguien reflexionó sabiamente al respecto, o simplemente fue un globo-sonda para aparentar que aquel ministerio hacía algo.
Otro invento que contribuyó a inflar la burbuja fueron los pisos turísticos.
Al precio que estaban las viviendas ya era matemáticamente imposible rentabilizar una inversión de ese tipo.
Los pisos turísticos permiten al propietario cobrar por semana el valor de un alquiler mensual, cosa que nadie que tenga previsto permanecer de forma indefinida en el piso estará dispuesto/capacitado a pagar.
Otra de las contribuciones a la burbuja es que los pisos turísticos reducen la oferta de vivienda en alquiler, manteniendo así los elevados alquileres.
Como el mercado funciona a una velocidad muy superior a la legislación, en ciudades de mucho turismo (como Barcelona) florecieron pisos turísticos por todas partes sin ningún tipo de regulación ni legislación. En particular, en el inmueble que yo habito se estableció uno.
Como no podía ser de otra manera, las personas que ocupan un piso turístico durante una semana no sienten la más mínima preocupación por el resto de vecinos del inmueble.
El usuario- tipo de estos pisos es un grupo de jóvenes de escaso poder adquisitivo que, simplemente, vienen a correrse una juerga en Barcelona.
Además de las juergas, los vecinos hemos de sufrir las constantes averías del ascensor
pues, se meten una veintena de guiris con sus maletones cargados no se con qué pero deben pesar pues a ellos les cuesta cargarlos.
Al no estar legislado, los demás vecinos de un inmueble en el que hay un piso turístico no tenemos otra alternativa que  fastidiarnos.
A mí las juergas no me molestan salvo por la envidia que me producen pero sí hay vecinos de avanzada edad o con niños muy pequeños que se ven perjudicados por los ruidos y el olor a hierba quemada.
Lo que sí me fastidia, no obstante, son las averías del ascensor.
Como  discapacitado de máximo grado que estoy declarado, se ve que tengo derecho a que no-se-quién me baje y me suba a hombros con mi silla autopropulsada (>100Kg) por la escalera si fuere necesario, en caso de avería del ascensor. Obviamente, no voy a recurrir a ese extremo salvo que fuera estrictamente necesario.
No me siento atrapado porque, llegado el caso, podría bajar por las escaleras ya que la barandilla me queda a la derecha, pero no bajo a pasear porque de subida me quedaría a la izquierda y tendría que subir de espaldas (siete pisos) o con alguien que me hiciera debarandilla.
Me llama la atención el teatro que últimamente hacen los políticos municipales presuntamente indignados por el turismo de borrachera que se está estableciendo en Barcelona. No sé qué pueden pretender. Si se crean las infraestructuras necesarias para el turismo de borrachera, lo normal será que venga ese tipo de turismo. A mil euros por semana lo último que se puede esperar es que venga turismo familiar.
De todos modos, los vecinos tenemos que estar contentos porque otro uso que se hizo de un piso vacío fue como piso franco para tráfico de mujeres, problema que acabaron solucionando los mossos precintando el piso. por orden judicial. Y es que  con los precios de los alquileres al nivel que han llegado, si se alquila un piso, no puede ser dedicado a ninguna actividad que no sea delictiva



Barcelona ha apostado por el turismo de borrachera
ADDENDUM:

Lunes, 25 de agosto de 2014
Un par de días después de que yo publicara esta entrada, los vecinos de Ciutat Vella (casco antiguo de Barcelona) se manifiestan contra los pisos turísticos consiguiendo arrancar del Ayuntamiento de Barcelona la promesa de que regulará los pisos turísticos.
No creo que los  convocantes de la manifestación  se inspiraran en esta entrada salvo que alguno de ellos se haya visto afectado por ictus (cosa estadísticamente muy probable).
Entre las pancartas que aparecieron en los medios había varias que identificaban pisos turísticos con turismo de borrachera como he hecho yo aquí.
No hace falta ser un sociólogo experto ni disponer de exhaustivas estadísticas para darse cuenta de lo obvio.
Otra cosa que también tengo clara es que, si el Ajuntament llega a regular algo al respecto, sólo será para sacar una tajada de ese pastel.

2 comentarios:

  1. Barcelona, creo que para su desgracia, se ha convertido en un Parque Temático. Turismo de Crucero, de Compras y ahora también de borrachera. Y los pisos llamados eufemísticamente "turísticos" no deja de ser una iniciativa fraudulenta, que afecta a la leal competencia con los establecimientos hoteleros legalmente constituidos, aparte de poder ser un incordio para los vecinos, como bien cuentas.

    Algunos persiguen el lucro al precio que sea, al margen de las posibles consecuencias. Me disgusta ver estos días las escenas de la Barceloneta. Entre otras cosas, porque manifiestan un nulo respeto de los visitantes por el lugar visitado (y sus lugareños).

    Me temo que, con la crisis, estamos en almoneda.

    JMBA

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    1. Gracias Bigas por tu comentario.
      Aún antes de leerlo, ya había añadido un addendum por coincidir con las noticias de estos días.
      Ciertamente, en Barcelona los lugareños ya no contamos y encima tenemos que dar las gracias por poder vivir aquí.
      Como digo, puede que sí lleguen a meter mano al asunto pero sólo será para cobrar tasas, impuestos o comisiones.
      Un abrazo.
      Santi

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