jueves, 23 de julio de 2015

Yo no soy antisistema ni de extrema izquierda

Que por qué?
Porque no tengo dinero para permitirme ninguno de esos dos lujos.
Cuando yo era adolescente, mis amigos eran tanto más de izquierdas cuanto mejor posicionados económicamente estaban sus padres, así que a mí me tocó ser facha y empollón.
Facha porque no tenía dinero para ser de izquierdas y empollón porque necesitaba un buen expediente académico para conservar la beca que me permitió estudiar en una universidad pública. La llamada izquierda de entonces se denominaba gauche divine y la formaban los hijos de las clases adineradas de Barcelona.Actualmente, la gauche divine se ha trocado en gauche caviar y no sólo aquí, sino en toda Europa. De este modo queda claro que no se puede ser de izquierdas sin cuenta corriente en Suiza.Por otro lado ha aparecido la moda estética de autodefinirse como antisistema.
Yo no puedo ser antisistema porque vivo del sistema.Y cuando digo vivir, quiero decir supervivencia física.
La ley de dependencia me paga una asistente personal.
Todos mis ingresos económicos provienen del sistema público de pensiones.
Me mantengo vivo gracias al sistema público de salud que cuida de mi ídem mediante los servicios médicos de la Bascu, la cual me atiende y prescribe la necesaria medicación, además de chutarme la correspondiente toxina botulínica para corregir la espasticidad de mi musculatura.
El sistema público de educación no lo utilizo porque preferí tomar ejemplo de los Padres de la Patria autoproclamados secesionistas de extrema izquierda y decidí enviar a los comestibles a una escuela extranjera que, a efectos económicos, es como si fuera privada.
Y por qué vengo a justificarme?
En mi antiguo blog, recientemente reconectado, publiqué una entrada dedicada quienes se proclamaban antisistema.
Tuve la precaución de conectar dicho blog con google analytics y resultó que una de las palabras clave que más visitas traía a la página de antisistema era Inma Mallol, entonces teniente de alcalde que tuvo la caradura de declararse antisistema viviendo del erario público.
Como en aquel blog no utilizaba la tecnología de blogger sino que eran simples páginas estáticas colgadas de mi espacio web, los lectores sólo podían comentar mediante una dirección de correo electrónico quie puse al efecto. De este modo el comentario era completamente anónimo y se prestaba al insulto y la descalificación hacia mi persona. El comentario más frecuente sobre lo de antisistema provenía de personas honestamente convencidas de ser o intentar ser antisistema que se quejaban de que  no era necesario un manual para ser antisistema.
No debía estar muy mal redactado porque algún blogger lo copió y pegó en su blog personal, proporcionándome mayor difusión.
La idea de este manual era básicamente la de el segundo principio de la termodinámica aplicado a la Ley de Murphy:
1) No se puede ganar
2)Tampoco se puede empatar
3) Ni siquiera puedes salirte del juego
El uniforme es uno de los aspectos fundamentales de quienes se declaran antisistema
Fuente: Google
En resumen: Está claro que ni soy ni puedo ser antisistema ni de extrema izquierda pero lo que sí que soy es coherente

2 comentarios:

  1. HOLA SANTI.- POCO O NADA AÑADO A TU EXPOSICION. PERO RECOMIENDAME DONDE HACEN EL UNIFORME DEL TIPO ESE CARGADO DE PIRSINGS Y ESE PENDIENTE QUE TANTO ME GUSTA.
    APROVECHO PARA DECIRTE QUE EN MI MODESTO BLOG HAY TRES ENTRADAS Y NINGUN COMENTARIO TUYO.
    UN FUERTE ABRAZO.
    Manel

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    1. Gracias Manel por tu comentario. Sólo quería manifestar mi opinión ahora que parece obligatorio ser antisistema y/o de extrema izquierda.
      Lab foto del uniformado la he sacado de la biblioteca de google.
      Un abrazo.
      Santi

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