sábado, 2 de agosto de 2014

Lo mejor y lo peor

Dicen que las situaciones extremas sacan lo mejor y lo peor de cada uno.
Es también conocido por los expertos en neurociencias que las lesiones cerebrales acentúan los defectos de las personas. Tengo algún compañero de terapia que siempre debió ser muy garrulo y ahora es un perfecto ladrillo.

Yo siempre fui perezoso y despistado y ahora lo soy aún más aunque siempre pensé que eso no era posible.
Tales defectos acaban convirtiéndose en un problema para mí y las personas que me quieren.
La pereza me impide avanzar en la rehabilitación todo lo que sería deseable y el despiste es interpretado por mis seres queridos como falta de interés.
Lo que antes era despiste, ahora ha devenido hasta niveles de t.d.a. (trastorno de déficit de atención, sin la h de hiperactividad) lo cual sí me fastidia mucho porque no consigo leer un texto sin saltarme líneas. Cuando realicé el test de nivel de alemán, me saltaba preguntas y respondía en el lugar equivocado con lo que resultó un absoluto desastre. Incluso en este blog me sucede que a veces repito frases porque no recuerdo haberlo dicho antes.Además, tenía la intención de terminar la Licenciatura de Matemáticas que comencé hace años y veo que en estas condiciones no va a ser posible.He pasado de sabio despistado a tonto'l pueblo.

Son aspectos que me veo obligado a trabajar seriamente con mis terapeutas, aunque, por lo menos, soy consciente de ellos, que me he encontrado con personas que ni siquiera se han enterado de que tienen un problema.
He de reconocer, no obstante, que sin la ayuda de mis terapeutas, yo tampoco me habría dado cuenta de mi problema.
En cuanto al optimismo y elevada moral frente a los contratiempos fue interpretado por un neurólogo como
un síndrome de Estocolmo: A base de decirme a mí mismo que estoy bien y me voy a comer el Mundo, eso se acaba convirtiendo en verdad.
No creo que mi situación presente de enfermedad sea extrema pero parece ser que sí lo fue en varios momentos. En mi caso, creo que lo mejor es mi moral inquebrantable e inasequible al desaliento. Fue gracias a esa moral que conseguí terminar mi Tesis doctoral después de 15 años trabajando en ella y cuando ya todos pensaban que nunca la terminaría. Lo peor en mi caso siempre ha sido la pereza. Siempre he sido bastante vago y ahora se ha acrecentado aún más si cabe mi ese defecto. Esto provoca  que acabo haciendo daño a las personas que más me quieren, que son también las que más quiero: Menchu y mis hijos. Cuando me doy cuenta de lo que he hecho, deseo haberme muerto o morirme ya.
He dicho varias veces a Menchu que si yo no hubiera salido de todo lo que me pasó, a estas horas ella ya habría rehecho su vida.
Con lo guapa y encantadora que es y los hijos tan maravillosos que tenemos, no le iban a faltar pretendientes mucho más interesantes que yo en mi estado de desguace.
Hace cosa de un año le hice una trastada a Menchu- o algo que a Menchu pareció una trastada- y se disgustó sobremanera, así que le pedí una caja de somníferos para acabar con esto. Se escandalizó pues me quiere y quiere un padre para sus hijos. Puede que algún día se olvide una caja y la deje a mi alcance. En todo caso sabe que soy un cobarde y nunca me la tomaría. Sólo si yo tuviera miedo de hacer daño a mis hijos, me quitaría la vida. De  momento, estoy tranquilo, tengo la certeza de que no voy a dañarlos. Una noche hace ya tiempo soñaba que tenía caca y estaba en un restaurante buscando el baño. Buscaba también a mi cuñada Cristina para que me ayudara en el baño. Afortunadamente, no nos encontrábamos y no pude hacer caca. Yo iba corriendo por el restaurante, subiendo y bajando escaleras y me encontraba con mi tío Choy y con mi sobrino Ignasi pero no encontraba a Cristina, así que no pude hacer caca. Si la hubiera encontrado en mi sueño, me habría hecho caca en la cama y tal vez me habría quitado el pañal para hacerla. En eso, ha llegado Maricela y me ha despertado y llevado al baño de casa. Tenía diarrea. Unos días después sí me pasó que estaba soñando que hacía caca y me la hice realmente pero no llegué a quitarme el pañal. Pobre Menchu, tuvo que limpiarme a las 2 de la madrugada y al día siguiente tenía que madrugar para ir a Port Aventura con los comestibles. Mientras me limpiaba, me vi en la necesidad de decirle: Realmente me tienes que querer mucho para aguantar esto. Hacer daño a Menchu es otra cosa que también me da miedo y me invita a quitarme la vida. Menchu me dedicó lo mejor de su juventud para hacerme feliz y ahora se encuentra con que tiene que cuidar de un niño más. Yo creo que le he correspondido bien hasta ahora pero pienso que nunca habrá sido suficiente. Tuvimos algún mal momento como pareja. En especial cuando no nos venían los bebés y yo no estaba por la labor de adoptar. Afortunadamente, ese grave problema ya se solucionó hace tiempo cuando nació Carolina en 2001. Luego vino cuando me despidieron de la empresa en la que llevaba trabajando 15 años. Pero, afortunadamente, capitalicé mi antigüedad y con la indemnización liquidamos la hipoteca del piso. No obstante, en los dos años que duró la prestación por desempleo no conseguí encontrar trabajo y sólo lo conseguí cuando ya estaba agotada la prestación. El puesto encontrado no era la ilusión de mi vida pero sí tenía perspectivas de futuro. Lo simultaneé con las clases en la Universidad y, cuando ya parecía de nuevo todo encarrilado, me sobrevino el ICTUS. Así que ahora Menchu tiene que cargar conmigo y mis circunstancias pero, además, trabaja en un puesto de jornada completa y tiene su consulta de médico, tira la casa adelante y se ocupa de los comestibles. Miedo me da que algún día le pase algo.
Tengo claro que, si estoy vivo, es gracias a ella. Pues fue ella quien insistió a los médicos del Clínic para que no arrojasen la toalla cuando pensaban que ya no podía hacerse nada más. Resultó que el director de la UCI- donde batí todos los récords de contagio de infecciones y permanencia - había sido compañero suyo de clase, de modo que se ocupó de mí como si fuese familiar suyo.
A veces le digo a Menchu que tenía que haberse resignado y haberle dicho que, si ya no había más que hacer, pues “alabado sea Dios.
Muchas gracias por haberlo intentado pero lo que no se puede, no se puede".
De todos modos, ella se quedaba con lo mejor que yo podía haberle dado: Los comestibles.
Ya he comentado en otras ocasiones que prefiero estar como estoy, que no estar.
Alguna vez he preguntado a Menchu si piensa lo mismo y me ha respondido que sí.
Por muy hecho unos zorros que yo esté, ella me quiere tanto en la salud, como en la enfermedad.
De todos modos, ya he comentado alguna vez que yo no soy un enfermo. Perdí un cacho nada despreciable de cerebro pero no el suficiente para dejar de Amar a mi familia.
Además, la parte que me quedó todavía me permite escribir esto y hasta resolver los problemas de Cálculo diferencial e Integral que enseñaba en la Escuela de Ingenieros de Telecomunicaciones de la UPC.

He pasado a ser una persona de movilidad reducida pero eso es una etapa de la vida por la que le toca pasar a todo el mundo salvo a quienes no llegan a la tercera edad. Eso es algo más que he aprendido por mi situación: Mejor llegar a anciano- aunque sea con todo lo que eso conlleva- que no llegar: “Envejecer no es tan malo cuando se piensa en la alternativa” (Maurice Chevalier).


3 comentarios:

  1. HOLA SANTI.- HE LEIDO CON ATENCION TU LARGA EXPOSICION DE UNOS HECHOS, QUE POR LO MENOS ME HAN DEJADO SORPRENDIDO
    DICE< VARIAS VECES UNA FRASE QUE YO NO VOY A REPETIR, PERO AHORA QUE ESTAS MEJOR, QUE ANDAS SIN MULETA ¿ A QUE VIENE ESE DESANIMO ?
    YO YA HE PASADO LA TERCERA EDAD, CREO QUE ESTOY EN LA CUARTA, Y ESPERO Y DESEO QUE TU TAMBIEN LAS CONSIGAS CON EN ANIMO QUE HASTA AHORA TE HA CARACTERIZADO ANIMO SANTI
    LO QUE TE HA OCURRIDO NO ES COSA TUYA, NI MUCHO MENOS, Y
    AUNQUE TU LO DICES " EN LA SALUD Y LA ENFERMEDAD" CREO DEBES HACER TODO LO QUE PUEDAS Y DEPENDER DE LOS DEMAS, (INCLUDO FAMILIARES), LO MENOS POSIBLE.
    ESPERO NO DIGAS MAS DISPARATES Y PIENSA EN COMO QUEDARIAN TE ESPOSA E HIJOS, SI TU FALTARAS.
    UN SALUDO Y ESPERO ME HAGAS CASO, COMPAÑERO.
    Manel

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  2. Muchas gracias Manel por tu comentario y amables palabras. En efecto. No tengo motivos para estar desanimado y, de hecho, no lo estoy. Disculpa esa frase tan estúpida. Que te haya molestado es indicativo de que me aprecias. Gracias.
    Un abrazo.
    Santi

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  3. A mi lo que realmente me interesa es el estudio del Síndrome de estocolmo, que además mencionas en el artículo. Parece una simple actitud, pero puede encerrar muchas más cosas de las que parece.

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